PRODUCTIVIDAD NOCTURNA AL PODER
No lo puedes evitar. Las noches son el mejor cobijo de tu creatividad.
Justo cuando el último rayo de sol se despide de la faz de la tierra, te activas y empiezas a trabajar en un ataque de repentina lucidez.
Aquí sólo pueden estar pasando 2 cosas: o tu productividad personal durante el día es nefasta y estás tratando de recuperar horas perdidas; o bien tu cronotipo actual es el propio de una persona vespertina.
¿Eres una persona vespertina/nocturna? ¡Házmelo saber en comentarios!
Por cronotipo nos referimos a los momentos del día en que un individuo percibe que tiene mayor frescura mental y más energía.
¿Tienes dudas sobre qué cronotipo eres? Haz clic en este enlace para realizar una encuesta y conocer científicamente tu cronotipo
Energía mental es otro 'palabro' que mencionaremos en varias ocasiones durante este artículo. La energía es un estado psicofísico (mental y biológico) en el cual una persona siente que está fresco mentalmente para realizar una tarea cognitiva (es decir, que requiera pensar).
Quédate con estas 2 palabras durante el post: energía mental y cronotipo. Si la noche es tu mejor aliado en lo que se refiere a tu productividad personal, sigue leyendo porque descubrirás los detalles más sorprendentes de las personas vespertinas. Ahí es nada.
NOTA PREVIA: Yo me considero una persona matutina (aunque no siempre fue así). Mi objetivo principal en este artículo es ser lo más riguroso posible, evitando la subjetividad que me podría dar mi experiencia como persona matutina.
ROMPIENDO MITOS DE LA PRODUCTIVIDAD NOCTURNA
Hablar de nocturnidad, no siempre significa hablar de alevosía.
Muchas personas piensan que la gente vespertina suele ser menos productiva. Incluso algunas almas más malévolas llegan a afirmar que tienen una vida desordenada y con ciertos desequilibrios mentales.
Toda esta rumorología poco fundamentada se ha colado en el imaginario popular, pero lo cierto es que no todos los 'axiomas' que se escuchan se ajustan a la realidad de las personas vespertinas.
Y lo más delicado de todo este asunto, es el daño colateral que generan todas estas ideas en manos equivocadas. Si tendemos a pensar que las personas vespertinas rinden menos y son más conflictivas, también los trataremos de una forma distinta cuando colaboremos con ellas.
Estas creencias, si no están bien gestionadas, tienen el poder de truncar la carrera profesional de muchas personas, por eso con este artículo quiero dedicar una ‘oda especial’ a todas aquellas personas vespertinas que en algún momento han puesto en duda su potencial.
Sin entrar en detalle, ya sabes que hay muchos tipos de prejuicios basados en ideas poco fundamentadas. Pues bien, también existen los prejuicios basados en el cronotipo de una persona.
¡Vamos a desmantelar mitos vespertinos!
MITO 1# Las personas vespertinas rinden menos que las matutinas
Rendir es un verbo muy poliédrico, tiene muchas caras distintas.
Rendimiento tiene que ver con indicadores, y a veces estos mismos indicadores se seleccionan sin tener en cuenta el contexto energético.
Si 2 personas (una matutina y otra vespertina) trabajan solamente en un turno de mañana, entonces seguramente la persona matutina tendrá un rendimiento personal mucho mayor. Aquí creo que no hay ninguna sorpresa.
Ahora bien, esta comparativa enjaula una trampa de base y es que, si cambiáramos el marco temporal (en vez del turno de mañana, lo comparamos con el de tarde), entonces quizá los resultados serían muy distintos.
Lo que ocurre en esta situación no es que un tipo de persona sea más productiva que otra, el obstáculo principal para una persona vespertina es el horario en el que trabaja.
Teniendo en cuenta que muchas empresas tienen horarios de mañana, es importante que una persona vespertina busque empresas o líderes que sean partidarios del trabajo por objetivos, independientemente del horario de la persona.
Si la persona tiene la opción de hacerse su propio horario más allá de un marco temporal rígido (por ejemplo, la clásica jornada de 9am a 5pm), esto le permite organizarse de otra manera para poder rendir mucho más.
Ejemplo: Si eres freelancer o tienes un trabajo que prioriza los objetivos más que el tiempo de trabajo, la idea es que puedas organizarte en base a las exigencias de tu cronotipo. Si tienes esta opción verás claramente que tu rendimiento puede ser tan bueno como el de otra persona matutina, porque te encontrarás en tu mejor momento y te sentirás con la autonomía suficiente para llevar las riendas de tu vida personal y profesional.
Aquí por supuesto quedarían excluidos todos los trabajos que tengan un horario fijo de oficina (administración, atención al cliente...), ya que la posibilidad de mover los horarios sería escasa o directamente nula.
Al final ambos cronotipos rinden por igual en las mismas condiciones, la única diferencia es que los perfiles matutinos suelen tener horarios más afines a su cronotipo, mientras que las personas más vespertinas suelen estar castigadas por los horarios matutinos que practican la mayoría de las empresas.
MITO 2# Las personas vespertinas tienen más cambios de humor que las matutinas
Dicho en otras palabras, hay rumores que afirman que las personas vespertinas se enfadan más a menudo que las de mañana. Yendo un paso más allá, hay personas que afirman que la conflictividad de este tipo de perfiles es mucho más alta que el resto de cronotipos.
Otra vez nos encontramos ante un mito que tiene que ver (otra vez) con el contexto energético. Si las personas vespertinas trabajan por las mañanas, su nivel de malestar se va a traducir en diferentes comportamientos que no serán muy agradables para sus compañeros de trabajo.
Este 'malestar energético' generará que la persona se sienta más insatisfecha y que tenga menos autocontrol, factores imprescindibles para mantener la calma y evitar la inestabilidad emocional.
Así que, volviendo al inicio, es importante que las personas vespertinas tengan horarios en los cuales se sientan cómodas. Esa ‘comodidad mental’ les proporcionará la calma, la serenidad y el autocontrol que más se ajusta a su ritmo biológico. Y eso es un excelente antídoto para no sufrir un desajuste emocional que puede llevar un aumento de la conflictividad con los compañeros.
Cuando una persona no está bien, es probable que no muestre su mejor cara. Lo mismo sucede cuando no estás bien a nivel energético, ya que también tiene un profundo impacto a nivel físico, mental y social.
MITO 3# Las personas vespertinas suelen abandonar más sus puestos de trabajo
Volvemos a lo mismo que en el primer y el segundo mito. ¿Dónde quedaría el contexto energético en esta afirmación?
Hay que reconocer que existe un estigma cultural con relación al trabajo de tarde/noche, ya que muchas personas consideran que este tipo de horarios nocturnos no son los óptimos para trabajar (a veces incluso se consideran horarios 'poco saludables' y 'peligrosos').
Este halo invisible que salpica las personas vespertinas también tiene consecuencias en el momento de ejecutar su trabajo. ¿Cómo te sentirías si todo el mundo te dijera que estás trabajando en la peor franja horaria del día? ¿Y si mucha gente te dijera que ya estás tardando en buscar un empleo de ‘horarios normales’?
El entorno social influye, y mucho. Todavía existen muchos prejuicios en las personas que trabajan de noche. Y es, por ende, repercute en la persona que tiene horarios vespertinos.
En este caso existe una paradoja: las personas vespertinas no suelen trabajar en horarios nocturnos, sino que muchas veces tienen que trabajar más allá de la jornada laboral para sentir que están avanzando en sus proyectos y tareas. De hecho, muchas personas vespertinas trabajan en horario de mañana, justo lo contrario de lo que mucha gente piensa.
Regresando al punto anterior: cuando no estás bien, sientes insatisfacción. Y esa insatisfacción se traduce en un comportamiento concreto, como por ejemplo la salida de la empresa. Si la organización no respeta el ritmo biológico de la persona, es bastante factible que finalmente decida abandonar su trabajo para buscar otra oportunidad laboral en la que se respete más su singularidad.
¡Ojo! Aquí no sólo hablamos de la responsabilidad de la empresa de cuidar a sus colaboradores vespertinos, también tiene que ver con la persona nocturna a la hora de decidir su próximo empleo.
QUÉ DICE LA CIENCIA SOBRE LAS PERSONAS VESPERTINAS
Las neurociencias tienen muchas respuestas sobre las personas nocturnas, aunque también es cierto que se mantienen muchos interrogantes todavía por resolver.
Después de un resumen exhaustivo sobre diferentes estudios del cronotipo vespertino, te presento las mejores conclusiones sobre qué dice la ciencia de las personas que suelen tener más energía mental por la tarde/noche:
Quizá existe un único cronotipo
Este estudio de 2002 plantea la posibilidad de que la dimensión mañana-tarde en realidad se trate de un contínuum, así que realmente no estaríamos hablando de 2 cronotipos diferentes como tal (sino que uno sería la continuación del otro).
Este mismo estudio también explora y confirma que el grado de alerta es superior en las personas de mañana, un dato muy relevante para conocer la capacidad de atención en base al cronotipo.
Cuanto más extremo sea tu cronotipo, más fácilmente podrás ajustarte a cualquier horario. Si tu cronotipo es en horas intermedias, entonces la posibilidad de cambiar será mucho más complicada.
La adolescencia marca un punto de inflexión
La adolescencia es una etapa crucial en la evolución de nuestra vida, y no lo podía ser menos para nuestro cronotipo.
Este artículo de 2011 estudió cómo evolucionaba la salud de algunos adolescentes en base a su energía durante el día y a sus horas de sueño. Las personas vespertinas tenían mayor predisposición a iniciarse en hábitos poco saludables (fumar, alcohol) que los adolescentes matutinos.
No obstante y paradójicamente, las personas nocturnas presentan mayores índices de actividad en lo que se refiere a la práctica de deporte (la tendencia es a ser adolescentes más movidos en general).
Este artículo de 2010 fue mucho más 'cruel' con las personas vespertinas, ya que las relacionó con ciertos malos hábitos y patologías mentales. Si antes hablábamos del tabaco y del alcohol, en este caso el estudio concluía en que las personas nocturnas tienen más posibilidades de tener problemas mentales y situaciones conflictivas con el entorno. Para más inri, también añade que el rendimiento escolar de los adolescentes vespertinos se ve perjudicado seriamente por sus conductas relacionadas con la nocturnidad.
¿Sorprendente? Bueno, a medias.
Aquí hay que tener claro que estos estudios no son determinantes ni definitivos para todas las personas, hay muchos factores para tener en cuenta antes de sacar conclusiones contundentes.
El primer factor está relacionado con el tiempo seguido que 'se practica' la nocturnidad, no es lo mismo si es una período corto que largo (los estudios hablan de 3-4 años continuados para consolidar un cronotipo determinado).
El segundo factor tiene que ver con tu entorno, sobre todo el familiar. Aunque más adelante abordaremos este tema, lo cierto es que las rutinas de tus familiares más cercanos tienen mucho que ver en tu grado de vespertinidad.
El tercer factor tiene que ver en la sensación de logro que tienes cuando logras resultados gracias al cronotipo vespertino. Si por ejemplo observas que sacas mejores notas cuando estudias por la noche, tenderás a repetir los mismos patrones horarios que te han conducido hacia unos resultados concretos (en este caso buenos para ti).
A propósito de la tristeza crónica en personas nocturnas
Un estudio interesante de 2015 concluyó que las personas vespertinas tienen más tendencia a desarrollar estados depresivos y picos de ansiedad, mientras que las personas de mañana se consideraban como más estables en ambos indicadores.
Pero… ¿por qué las personas vespertinas tienen más propensión a la depresión? ¿Es solamente un tema biológico?
Parece ser que esta tendencia depresiva podría estar vinculada con la falta de sueño que suelen experimentar las personas vespertinas. Tal como apunta esta disertación de 2016, muchas personas vespertinas suelen dormir menos (y con peor calidad) que las personas matutinas, por lo que su nivel de ejecución de tareas también se vería mermado.
Y claro, conseguir resultados pobres también tiene consecuencias en forma de pensamientos de auto-castigo. Si estos pensamientos recurrentes no se gestionan con efectividad y celeridad, podríamos tener tendencia a desarrollar un cuadro de depresión.
La siesta no funciona tan bien para las personas vespertinas
Un reciente artículo de 2019 examinó las habilidades cognitivas (memoria, aprendizaje, atención) de las personas que realizaban una siesta diaria de menos de 1 hora de duración.
En las conclusiones se pudo ver que: a) las personas matutinas mantienen casi intactas las habilidades cognitivas después de la siesta, incluso se percibía cierta mejora a la hora de ejecutar tareas; y b) las personas intermedias y vespertinas a duras penas notaban alguna diferencia después de la siesta, es decir, no mejoraban sus habilidades cognitivas después de la fecha.
Estas reflexiones nos dan ‘alimento para pensar’, ya que quizá la siesta de menos de 1 hora no es suficiente para una persona vespertina para mejorar sus habilidades memoria, aprendizaje, atención… ¿pero y si puedo permitirse el lujo de dormir un poco más? Ahí sí que los estudios indican una mayor capacidad de atención y memoria, pero quizá dormir tanto rato no esté al alcance de muchas personas…
La satisfacción laboral en relación con el cronotipo vespertino
Un artículo de 2015 del profesor Tomaka identificó que el cronotipo no estaría tan vinculado a la satisfacción laboral, como sí lo estarían la falta de horas de sueño. Lo que ocurre que, en muchas ocasiones, las personas vespertinas (sobre todo las que trabajan de mañana) suelen dormir menos debido justamente a que se activan en horas de tarde y noche.
Lo mismo sucede con el rendimiento de las personas vespertinas. No es que rindan menos porque son vespertinas, sino porque la tendencia habitual es que duerman menos horas que las personas matutinas.
Tal como hemos comentado más arriba, aquí la clave es gestionar (y priorizar) el descanso personal. Muchos desajustes durante el día tienen su origen en la falta de horas de sueño y en la poca calidad de las mismas.
RECOMENDACIONES PRÁCTICAS PARA APROVECHAR TU NOCTURNIDAD
Hasta ahora hemos hecho una breve radiografía de algunas situaciones cotidianas de las personas vespertinas.
Ahora bien, una cosa es divagar y otra es actuar.
¿Qué podrías hacer para mejor tu productividad si eres una persona que se siente más cómoda por las tardes/noches?
A continuación, me gustaría compartir contigo una serie de recomendaciones prácticas para que puedas aplicarlas como persona vespertina:
1# Sé muy consciente de tu energía durante el día
Lo primero es respeto, mucho respeto.
En muchas ocasiones las personas vespertinas tienden a infravalorarse, seguramente porque consideran que trabajar por la noche no es algo por lo que vanagloriarse.
Todo lo contrario. La vespertinidad es una característica más de la persona, al final hay una parte biológica muy importante (más de un 50%). Igual que si tuvieras una peca en tu nariz o un lunar en la espalda, estaríamos hablando de rasgos propios de cada persona.
Una vez hayas aceptado tu condición de persona vespertina, el resto es mucho más fácil.
El próximo paso es gestionar las tareas en base a tu cronotipo vespertino. Aquí tendrás que conocer a la perfección tus horas nocturnas más productivas, sobre todo para poder realizar las tareas que te requieren más energía mental.
Resumiendo: procura hacer las tareas que más energía te requieran en las horas nocturnas en las que más frescura mental tengas.
Si te cuesta encontrar esas horas, te recomiendo entonces que leas este artículo para convertirte en la persona con más energía, o que realices este cuestionario para conocer mejor tus horas más productivas.
Planificarte el día anterior será clave para no ir pululando sin un objetivo claro. Las personas vespertinas tienen que cuidar especialmente las mañanas, ya que a veces intentan 'forzar la máquina' y terminamos extenuados por la noche (su mejor momento energético).
Las personas vespertinas suelen cometer varios errores en la planificación de sus tareas:
Intentan hacer tareas complejas por las mañanas por presión social: esto supone un desgaste mental tremendo, ya que estás forzando tu cerebro a trabajar en un horario en el que sufre muchísimo. En vez de realizar tareas complejas a esas horas, es preferible que modifiques tus horarios y empieces con tareas de menor exigencia (leer material, revisar algo que ya esté hecho, tener reuniones informativas/informales...)
Hacer tareas que impliquen menos energía por las mañanas no implica pasarte todo el día en email: que el correo electrónico es un mal endémico de muchas empresas ya lo sabemos, pero permanecer ahí toda la jornada para tener la sensación de avance es una condena bastante improductiva. A veces las personas vespertinas 'esperan' el momento de alta productividad, y mientras tanto se dedican a contestar emails como locos. Mi preferencia es que si tienes que contestar emails, que no sean los que tienen tareas complejas asociadas.
Si eres una persona vespertina y tienes un horario matutino, intenta adecuar la intensidad del trabajo al ritmo biológico de tu cerebro. Busca al principio tareas de estimulación cognitiva, es decir, lectura de material de documentos, revisar informes/presentaciones... evita que sean tareas de creación más complejas (por ejemplo: escribir y preparar contenido/presentaciones, diseñar planes estratégicos...). Cuando ya haya pasado alrededor de 90 minutos y te hayas tomado un primer descanso, entonces puedes probar con una tarea más compleja. La idea general es forzar al cerebro de forma progresiva, para llegar a las mejores horas del día con energía disponible para realizar las tareas más complejas.
No te fustigues si las cosas no salen en horarios de mañana: aunque quiera correr los 100 metros lisos en menos de 10 segundos, lo cierto es que tendré que entrenar ‘varias vidas’ para lograrlo. Ser vespertino es entender y aceptar que uno tiene energía en unos momentos concretos del día, y que no siempre podrás llegar a todas partes con el mismo nivel de exigencia.
Aceptar esta limitación es clave para poder respetarse y aprovechar al máximo todas las ventajas de ser una persona vespertina: trabajarás en un momento del día en el que casi no hay interrupciones, estarás en el punto álgido de tu proceso creativo, flexibilidad en poder trabajar en diferentes espacios de trabajo, tener una vida social más activa… ¡no todo son malas noticias!
2# Sella pactos energéticos con tu equipo/empresa
Se habla (y se sigue hablando) de las competencias transversales de los equipos: coordinación, liderazgo, gestión de equipos, atención a los detalles…
¿Y qué ocurre con la competencia energética? ¿Se puede entrenar a los equipos a ser más efectivos en base a su cronotipo?
La respuesta es un sí, un sí rotundo.
Fíjate en el siguiente ejemplo: imagínate un equipo donde cada uno de sus miembros tiene un cronotipo distinto. Si este equipo suele tener un horario laboral de mañanas, entonces es bastante probable que las personas matutinas tiendan a rendir más. Esto creará un cierto desequilibrio en el equipo y además es una fuente de conflictos entre los colaboradores. Exacto, lo adivinaste. Si hiciéramos el experimento a la inversa, probablemente obtendríamos que entonces las personas vespertinos lograrían mejores resultados.
¿Qué pasaría si buscáramos un equilibrio y tuviéramos equipos diseñados en base a su cronotipo energético? O mejor dicho… el ‘compañerismo teórico’ está muy bien pero… ¿por qué partir desde una base que genera malestar y además resta efectividad al equipo?
Aquí van algunas ideas demostradas científicamente que pueden potenciar la productividad de las personas vespertinas:
Comunica tu mayor rendimiento en horarios vespertinos: a veces creemos que el jefe nos juzga sin saber, y puede ser que hasta tengas razón. Pero en la gran mayoría de ocasiones actúa por desconocimiento, y mucho más en un tema tan nuevo como el cronotipo de los colaboradores. ¿Cuándo le comunicaste a tu supervisor que rindes mejor en horas de tarde? Si la persona responsable no tiene ese dato, es muy probable que tire de ‘horarios habituales’ y ponga toda la carne en el asador en horas de mañana.
La proactividad no viene directamente del cielo, se practica cada día. Si expones tu caso particular tanto a tu jefe como a tus colaboradores, seguro que será mucho más fácil encontrar una solución compartida en pro del equipo. El silencio no ayuda en este caso, por lo que no deberías tardar ni un segundo a comunicar tus horas de mayor rendimiento.
Pacta las tareas estratégicas y colaborativas con tu equipo: ahora bien, la cosa no es comunicarlo y ya está. La idea es generar propuestas atractivas para que el resto de los colaboradores perciban que aquí ganan todos. El primer paso sería analizar detenidamente todo el trabajo que requiere de comunicación interna, así como aquellas tareas grupales en las que se requiere la complementariedad de todos los miembros.
Una vez tengas este análisis de las tareas en equipo, entonces busca en qué momentos sería ideal trabajar conjuntamente. Si por ejemplo tienes que hacer una reunión estratégica, entonces puedes buscar una hora intermedia para que todos los miembros tengan un nivel energético razonable. Si ves que encontrar este punto común es una hazaña complicada, entonces divide los grupos en base a su energía durante el día. Los de mañana por la mañana, y los de tarde por la tarde. Así de sencillo.
Estos pequeños cambios suponen una revolución principalmente en 2 sentidos: a) aumentamos exponencialmente la efectividad de los procesos ya que tenemos a todo el equipo al 100%; y b) generamos confianza y seguridad en el equipo por respetar un aspecto muchas veces ninguneado en la gran mayoría de las empresas.
Haz concesiones sin renunciar a tu cronotipo: las personas vespertinas son las que más ceden en las empresas, sobre todo por la ‘imposición mayoritaria’ de los horarios matutinos. Todos los cambios que hemos comentado en el punto anterior son perfectamente factibles, pero lógicamente habrá situaciones en los que se requerirá un esfuerzo adicional por parte de la persona vespertina.
Ahora bien, una cosa es realizar una excepción y la otra es que siempre sea una regla. Curiosamente, lo que suele suceder es que la persona vespertina no ve con malos ojos las excepciones e incluso se implica mucho más si no se respetara la singularidad de su cronotipo. La moraleja sería que no te muestres inflexible en todo momento, puesto que habrá situaciones en las que no será posible mantener los horarios de tarde (aquí la naturaleza de tu trabajo tiene mucho decir al respecto).
3# Ser una persona vespertina no debería perjudicar tu calidad de vida
En muchas empresas se llenan la boca de conciliación laboral, y lo cierto es que a veces acaba siendo un término confuso y con pocas políticas aplicables de verdad.
En el caso de las personas vespertinas nos encontramos ante una problemática que suele impactar mucho en su vida personal. Si trabajamos por la mañana, pero buscamos momentos por la tarde para rendir, al final nos vemos abocados a tener la vida personal en las horas de la noche.
Si bien es verdad que este estilo de vida nocturno lo puedes mantener un tiempo, está claro que no siempre podrás tener mantener una vida personal saludable si sólo tienes ‘tiempo disponible’ por las noches.
Aquí van algunas recomendaciones prácticas para compatibilizar tu cronotipo vespertino con tu estilo de vida actual:
Reserva 1-2 días por semana para tus picos de rendimiento y creatividad: durante todo el artículo hemos hablado de construir la ‘jornada ideal de trabajo’ para una persona vespertina. Es verdad que podrías trabajar cada día hasta altas horas de madrugada, la pregunta sería si esto te resultaría sostenible a nivel de horas de descanso (sobre todo si tienes una jornada laboral matutina).
En vez de trabajar cada día muchas horas y aprovechar todas las horas de la noche, prográmate 1-2 tardes/noches reservadas para avanzar más rápido en tus proyectos. Estos intervalos temporales deberían coincidir con los momentos en los que más energía.
Con el fin de garantizar la máxima efectividad de esos espacios de trabajo, lo ideal es tener planificado tu trabajo durante esas horas. La planificación no significa rigidez, aunque estaría bien que dedicaras ese tiempo a tareas que requieran máxima concentración o que sean complicadas de desarrollar en otro instante del día.
Es bueno que el resto de los días no hagas jornadas maratonianas, sobre todo para no sobrecalentar tu cerebro y terminar con una sensación de agotamiento crónico. Por eso 1-2 días bastarán para agilizar aquellos proyectos que les cuesta avanzar. Sólo que sean 4-5 horas de trabajo reservado para ti a la semana, ya será mucho más tiempo de lo que habitualmente tienes disponible (y además en un horario donde tienes la máxima energía mental).
Apuesta por el teletrabajo para tus horas de máxima intensidad: si la empresa te la oportunidad de trabajar desde casa, entonces selecciona tus momentos de máxima energía para poder disponer de un espacio tranquilo y productivo.
Es importante que diseñes tu búnker anti-distracción durante esos momentos de alta energía: trabaja sin Internet, ten todas las tareas preparadas con su material correspondientes, deja el email para otro momento, usa sólo las herramientas que necesitas para ejecutar la tarea concreta…
Mantén las horas de comida estables a pesar de los cambios de horario: las comidas son un punto de referencia para equilibrar el día, por eso es especialmente útil mantener los horarios de desayuno, almuerzo, merienda y cena en el mismo horario (aunque cada día tengas horarios laborales distintos).
Hay una cierta tendencia a que, cuando tenemos horarios muy variables, terminemos modificando los horarios de comida para ajustarlos a nuestra nueva rutina. Dichos cambios generan desajustes en tu organismo que terminan repercutiendo en tu productividad. Para evitar estos desarreglos, se recomienda mantener el mismo horario de las comidas todos los días.
Alcanza un acuerdo entre tus horas de trabajo y las de tu familia: una de las negociaciones más intensas que puedes tener no está en el terreno laboral, sino precisamente en la esfera más personal. Es importante que todos estos cambios los consensúes con tus seres queridos, más que nada para evitar malentendidos durante tus horas de trabajo.
Si parte de tu familia sólo está disponible por las tardes, entonces tal vez sea preferible trabajar por la noche, sobre todo para preservar ese espacio familiar sin renunciar a tus horas de máxima energía.
Encontrar un equilibrio con tu familia será esencial para evitar la aparición de conflictos cotidianos que pueden alcanzar consecuencias más graves (si no son gestionados adecuadamente).
CÓMO CAMBIAR TU CRONOTIPO ACTUAL
Esta es una pregunta (muy) recurrente de las personas vespertinas:
¿De qué manera puedo cambiar mi cronotipo para ser un poco más matutino?
Bien, la respuesta que te daré tiene muchos matices.
Cambiar el cronotipo es un proceso bastante arduo. Las leyendas negras hablan de que jamás podrás cambiar tu cronotipo bajo ningún concepto, mientras que la ciencia es un poco más optimista y nos habla de un período de 4-5 años. Este período se puede llevar a cumplir si los cambios de los patrones de dormir son progresivos y persistentes. Este artículo de 2011 explica muy bien los cambios de cronotipo a lo largo de los años.
Si quieres cambiar tu cronotipo de hoy para mañana, lo más probable es que te estrelles contra tu cerebro y con tu organismo. Los cambios bruscos son enemigos de tu cuerpo, por lo que procura siempre empezar con levantarte y/o acostarte unos minutos antes o después. La progresión es la única manera de cambiar realmente tu cronotipo, aunque para hacerlo efectivo necesitarás mucho más tiempo que un hábito cualquiera. No uses el mismo horario cada día
¡Ahora es tu turno! ¿Te consideras una persona más de mañana o más de tarde/noche? ¿Qué dificultades te sueles encontrar como persona vespertina? ¿Y ventajas? ¿Qué estrategias personales has empleado para poder desarrollar plenamente tu cronotipo vespertino? Déjame tus impresiones en el apartado de comentarios : ) ¡1000 gracias!
¡Un abrazo!