Toda la verdad sobre por qué el TIEMPO VUELA

NO ME DA LA VIDA

¿Cuántas veces has pronunciado la frase ‘el tiempo vuela’?

Si fuéramos fríos y racionales, sabríamos perfectamente que la cantidad de tiempo disponible es igual para todo el mundo. Nada ni nadie tiene más tiempo que otros.

No obstante, a veces creemos que otras personas disponen de ‘más tiempo’ que nosotros, aunque sabemos que no tenemos ninguna ‘validación científica’ para justificarlo.

¿Será que realmente decir que ‘no tengo tiempo’ es una forma de eludir nuestra responsabilidad?

Decirle a alguien que no tienes tiempo es una sensación liberadora, nos sirve como excusa. El problema es que esta excusa es un arma de doble filo ya que, cuando estamos solos, sentimos la necesidad de recuperar el tiempo en actividades secundarias y acaba por afectar nuestra salud.

Decirte a ti mismo que no tienes tiempo es una sensación agridulce, puesto que ni siquiera tú te crees tu propio razonamiento. En el fondo ese ‘no tengo tiempo’ es un fardo lleno de miedos, de actividades a las cuales no estamos dispuestos a renunciar. Eso sí, nos permite por unos instantes apagar la intensidad de nuestros pensamientos más amenazantes.

Hemos usado la variable tiempo para esconder nuestros miedos.

No tener tiempo muchas veces implica:

  • Seguir trabajando en el mismo sitio, aunque no te motive en absoluto

  • Permanecer con la misma pareja por pura inercia a pesar de no estar bien

  • Tener los mismos hábitos pocos saludables de siempre

  • Ver poco a tu familia, debido a otras ‘responsabilidades’ laborales

  • Disponer de menos tiempo a nivel personal

  • No lograr otras fuentes de ingresos además del salario

  • Y una lista infinita de bloqueos…

¿Por qué te escudas en el tiempo para defender tus propias decisiones?

No importa que devores la mejor guía de productividad personal, primero tienes que revisar la creencia personal que tienes sobre el tiempo.

En vez de tener una relación amistosa con el tiempo, has decidido convertirlo en el foco de tus males. ¿Dónde quedó tu propia responsabilidad?

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UN INVENTO (MUY) HUMANO

No fue hasta 1858 que se creó el primer observatorio en Neuchâtel (Suiza) para tener la misma hora en todo el mundo (con sus diferencias horarias).

Hasta ese entonces, todo los países (personas incluidas) iban por su cuenta en lo que al tiempo se refiere. Horarios libres al 100%.

Consideramos el tiempo como si fuera una variable que rige nuestra vida, cuando sólo se trata de una medida temporal para ponernos todos de acuerdo.

Primera verdad sobre el tiempo: es un invento totalmente humano.

A pesar de vivir sin un tiempo universal asignado antes del 1858, cada persona conocía a la perfección su relación espacio-tiempo y cómo convivir con ella.

Segunda verdad sobre el tiempo: tus células son incapaces de comprenderlo.

Igual que tenemos receptores para la luz o el sonido exterior, las células son incapaces de captar la variable tiempo. El tiempo es un producto de nuestra mente.

Así que, dicho de otra manera, nuestro organismo no comprende qué es el tiempo. Este significado se lo damos pura y exclusivamente a través de la mente.

Tercera verdad sobre el tiempo: nuestro cerebro no funciona en tiempo real

Cada vez tenemos herramientas más precisas para conocer los tiempos de respuesta de nuestro cerebro, y todo parece indicar que nos cuesta ‘tiempo’ procesar la información que recibimos. Vaya, que la reacción no es inmediata.

Es verdad que hablamos de milisegundos, pero ya nos confirma que no sería en tiempo real. Es lo que también se llama la latencia neuronal. De media, solemos tardar unos 120 milisegundos en captar neuronalmente un estímulo externo.

Por último y no por ello menos importante, conviene destacar la diferencia entre el tiempo acordado (la hora) y el tiempo subjetivo (el paso del tiempo según nuestra percepción).

EL TIEMPO NO TIENE POR QUÉ CAMBIAR NADA

‘El tiempo lo cura todo’

‘Sólo es cuestión de tiempo’

¿Te suenan estas frases?

Ahora bien, déjame serte sincero: el tiempo no cambia nada.

Vamos a imaginar que tu última experiencia laboral fue un desastre: te despidieron de forma fulminante. Crees que el tiempo lo pondrá todo en su lugar, que podrás salir de esta fácilmente. Ahora bien, el tiempo como tal no te arreglará nada. Si flexibilizas tus creencias sobre el empleo, si aprendes nuevas maneras de promocionarte online, si creas tu propio negocio, si echas por la borda todo lo que huela a culpa… entonces sí que tendrás posibilidades de tomar las riendas de tu vida de nuevo.

Lo importante aquí no es el tiempo, sino lo que hacemos con él. El tiempo no cambiará nada. Si somos gruñones con el resto del mundo, el tiempo no vendrá para salvarnos y cambiarnos el temperamento de manera radical. Todo requiere implicación, persistencia y compromiso.

Además de tiempo verbales del pasado, presente y futuro, existe una 4ª categoría temporal que acuñó el filósofo y psicólogo William James: el presente especioso.

Por presente especioso entendemos el tiempo que vivimos de forma consciente e inmediata. Este tipo de categoría verbal dura entre pocos segundos y menos de 1 minuto.

Durante el presente especioso tenemos la oportunidad de prestar atención a los estímulos y olvidar el tiempo (duración subjetiva). Son estas experiencia de contemplación las que nos permiten dejar de mirar el reloj y ser más conscientes de nuestro entorno.

LA MOTIVACIÓN Y EL TIEMPO

Hoy, también, te levantaste con 24 horas a tus espaldas. Si tu motivación para ese día es baja, seguramente rindas mucho menos de lo esperado. Si estás pletórico y te ilusionan las próximas horas de tu jornada, avanzarás muchos más rápido en tus proyectos.

La motivación es mucho más variable de lo que pensábamos. Lejos de modelos rígidos que apuntan a que las personas están eternamente motivadas o desmotivadas, hoy sabemos que la motivación fluctúa constantemente… ¡incluso entre diferentes horas!

Lo que sí se ha visto es una relación significativa entre motivación y tiempo, sobre todo con el nivel de foco (atención sostenida en el tiempo) que le ponemos a nuestras tareas.

Por este motivo, es importante que las tareas por hacer tengan un impacto claro para ti y para otras personas. Si no es así y las tareas son opacas (no está claro para qué las hacemos), entonces tenderemos a mirar más el reloj a causa de las constantes interrupciones.

Un dato curioso: si miras el reloj, el tiempo pasará más lento. Si no miras el reloj, el tiempo tenderá a pasar mucho más rápido. ¿Cuántas veces has mirado el reloj en la última hora?

7 HÁBITOS PARA EVITAR QUE EL TIEMPO VUELE

Está claro que no podemos acabar del todo con la sensación de que el tiempo vuela, pero lo que sí sabemos es qué podemos hacer nosotros para ganar ‘presencia consciente’ en el tiempo presente.

A continuación, me gustaría compartir contigo 7 hábitos prácticos para tomar el control de tu vida y evitar que el tiempo vuele:

1# FORTALECE TU CAPACIDAD DE ATENCIÓN

La atención no es un músculo cualquiera, es la panacea de la productividad. Sin atención no hay creatividad, innovación, motivación, compromiso, resultados…

Muchas veces el tiempo se va porque no estamos presentes, sino que nos despistamos con nuestros pensamientos recurrentes que vienen a visitarnos.

Además, hoy sabemos que la atención se puede predecir gracias a la neurociencia, por lo que todavía tenemos más ‘poder’ para poder controlarla y usarla a nuestro favor.

Tips prácticos para mejorar tu capacidad de atención:

  • Sé consciente de la cantidad de interrupciones que tienes ahora mismo y toma nota de ellas. Tanto si son internas como externas, el punto de partida óptimo es conocer las fugas de tu atención para poder gestionarlas más adelante

  • Activa un cronómetro cada vez que hagas una tarea, siempre sin pasar de los 90 minutos seguidos. Mi recomendación es que, si eres una persona dispersa, inicialmente lo pongas sólo de 20 minutos. Puede parecerte poco, pero ayuda muchísimo para establecer bloques de tiempo realistas. Posteriormente, tómate un mini-descanso de 2-3 minutos. Más adelante y si te funciona, puedes probar también la técnica Pomodoro adaptada al entorno actual

  • Cada vez que te distraigas con un artículo o mirando las redes sociales, grítale a tu mente ‘stop’ y vuelve al punto de partida. Si utilizas programas como Clockify o Toggl para medir el tiempo de las tareas, puedes hacerte una pequeña promesa en forma de ‘castigo muy light’: todo el tiempo que dedicas a leer blogs o mirar vídeos, después lo tienes que recuperar por la tarde

  • No olvides el descanso entre tareas, es esencial para garantizar tu efectividad. Cuando sea el momento de máxima energía en tu jornada laboral, prueba a usar la siguiente combinación ganadora: 90 minutos de trabajo y 10 de descanso. Cuando ya estés más cansado, 40 minutos de trabajo y 5 de descanso

2# INCREMENTA TU CAPACIDAD DE FLUIR (FLOW)

El flow (fluir) es uno de los conceptos más de moda en relación con el rendimiento y el bienestar de las personas.

Por si no lo conoces, el flow es un concepto acuñado por el doctor Csikszentmihályi el año 1975, y es un “estado en el que las personas están tan absorbidas en una actividad que parece que el resto de las cosas no existan. La experiencia es tan placentera que las personas lo harían a cambio de nada, sólo por el hecho de hacerlo”.

Durante el estado de flow, el tiempo deja de ser una variable importante. En ese instante estás viviendo una experiencia agradable, más allá de su duración. Lograr este estado es un disparador exponencial de tu productividad.

Tips prácticos para facilitar los estados de flow:

  • Planifica siempre de forma diaria y semanal. La claridad es uno de los puntos clave para rendir más, porque te evita tomar decisiones que sólo gastan energía. Si antes de empezar la jornada laboral ya sabes lo que tienes que hacer, acelerarás sin duda tu rendimiento y optimizarás tu energía mental

  • Divide las tareas y vencerás. Divide los proyectos en pequeñas de tareas de, como máximo, 90 minutos de duración. Cuanto más grande sea la tarea, más difícil será ganar foco y empezar la actividad. El peligro de procrastinación será mucho más alto

  • Ten protocolos claros sobre cómo hacer las cosas, ya sea mediante checklists o manuales de procesos (wikis) para todo el equipo. Perdemos mucha energía repitiendo las mismas tareas una y otra vez, cuando realmente podríamos tener todas las tareas anotadas en un simple checklist. Cuantas más cosas tengas procedimentadas, más tiempo tendrás para acciones estratégicas

  • Dispón de autonomía en tus proyectos, no te bases siempre en propuestas cerradas que no fomenten tu espacio creativo. Ya sea en tu empresa o en tu proyecto personal, procura mantener la autonomía en las tareas que debes realizar para no convertirte en un autómata

 

3# TEN EN CUENTA LAS TAREAS REPETITIVAS

¿Cuántas tareas estratégicas hiciste hoy? ¿Cuántas de ellas te acercaron a tus metas?

Si lo analizas detenidamente, la mayoría de las ocasiones nos las pasamos haciendo tareas operativas y rutinarias. ‘Pensar’ parece un privilegio de pocos, cuando realmente es el factor crítico que nos distingue del resto de los animales.

Tips para gestionar las tareas repetitivas y mantenerlas a raya:

  • Crea un inventario de tareas repetitivas ya sean de frecuencia diaria, semanal, quincenal, trimestral, mensual, anual… es imprescindible ser consciente de todo el volumen real de tareas recurrentes que tenemos. Una vez tengas esta lista, ubícalo en los siguientes 2 espacios: las diarias y las semanales, anótalas en tu lista de tareas semanal (plan semanal). El resto (quincenales, mensuales…) anótalas en tu agenda. Tenerlas ‘ahí’ te dará mucha más claridad de las tareas pendientes que puedes llegar a tener un período concreto de tiempo (y tu planificación será mucho más realista)

  • Analiza las tareas repetitivas diarias y semanales que has anotado y agrúpalas en días concretos. Ten en cuenta tu energía mental para saber en qué momento deberías hacerla; mi recomendación es que las hagas cuando tengas poca energía

  • En medida de lo posible, automatiza y/o delega las tareas repetitivas. La evolución ideal es que cada vez hagamos más tareas estratégicas, que son las que precisamente llevan nuestro trabajo a otro nivel. Si queremos hacerlo todo, terminaremos abrazando la mediocridad. Si en cambio optamos por hacer nuestras mejores tareas, entonces estaremos cultivando una vida significativa y satisfactoria

4# CONTROLA TU RELOJ INTERNO

Todos los seres humanos tenemos 2 relojes: el objetivo y el subjetivo.

Las 8 de la mañana son iguales para todo el mundo, aunque a nivel interno no tienen nada que ver: hay personas que están radiantes de energía y se van a comer el mundo, mientras que otras personas todavía se están desperezando.

Aprende a convertirte en la persona con más energía, si vas a remolque del reloj serás un esclavo del mismo. El tiempo tiene que ser un recurso más, no debería ser tu jefe.

Tips para manejar tu reloj interno y multiplicar tu energía mental:

  • Identifica tu cronotipo para conocer en qué momento del día tienes más energía. Disponer de esta información te ayudará a priorizar las tareas en base al mejor criterio de planificación: tu energía mental. Cuando tengas más energía, haz las tareas más complejas. Cuando energía sea más baja, entonces realiza tareas repetitivas que requieren poca concentración

  • Clasifica tus tareas pendientes en base al nivel de energía que requieren. Una vez las tengas ‘etiquetadas’, entonces ordénalas teniendo en cuenta tu nivel de energía durante el día. Siempre es preferible que empieces por hacer las tareas que más energía te requieren, porque esa energía inicial no la vas a recuperar. A veces nos pasamos el día haciendo tareas menores de poca energía y, cuando nos queremos poner de verdad con las tareas complejas, entonces ya estamos agotados y no podemos más.

  • Cada vez que empieces una tarea, tenlo todo preparado con anterioridad. No hay nada peor que empezar una tarea y tener que buscar el material, archivos, links… es un agujero negro para tu energía mental. Te sugiero que, si por ejemplo tienes que escribir un post, redacta la siguiente frase/idea para que cuando vuelvas a trabajar te sea más fácil retomar la escritura

5# DEDICA TIEMPO A CREAR CADA DÍA

Crear es la mejor manera de controlar el ‘tempo’ del propio tiempo.

Cuando hablamos de crear, nos referimos a redactar un artículo, grabar un vídeo, elaborar un informe, preparar una propuesta…

Cuando estamos en pleno proceso de creación, el tiempo se para y se olvida de nosotros. Esta sensación mágica de flow (de la cual hablamos en el punto 2), nos regala una experiencia mágica a nivel de productividad.

Adicionalmente, hay una cosa curiosa que sucede cuando estamos creando algo, y es que logramos una sensación de control muy distinta a cuando hacemos trabajo de revisión (leer emails, tareas rutinarias…).

Tips para fomentar la creación de contenido y alcanzar una sensación de control de tu tiempo:

Crea todos los días, sin excepción. Bueno, el fin de semana puedes cambiar de tipo de creación, y por ejemplo ‘crear en familia’ (con tus hijos, pareja y/o amigos). Crear es la mejor inversión para nuestro desarrollo personal, ya que nos permite experimentar desde todos los sentidos cómo evoluciona algo propio, con la consiguiente mejora de nuestra efectividad. Desarrolla (y anota) el hábito de crear ‘algo’ cada día, aunque sólo sea durante 20-30 minutos

Al menos 1-2 veces por semana, juega. Ya sea con tus familia/amigos o tú solo, experimenta el placer del juego donde tú eres el protagonista y eres el creador. Con eso no me refiero a jugar a videojuegos en tu smartphone, sino más bien en juegos de mesa, aventuras gráficas para pensar y reflexionar, aplicaciones para mejorar tu atención y bienestar…

Haz las cosas de forma distinta, aunque te cueste más tiempo. A veces nos dejamos llevar por la rutina y la comodidad, por lo que tendemos a repetir las tareas una y otra vez de la misma manera. Mi planteamiento (y que respalda la neurociencia) es que busques fórmulas nuevas para hacer la misma tarea de siempre, para estimular tu creatividad y mejor tu bienestar. Hacer todos los días lo mismo de la misma manera, es una excelente manera de sepultar tu proceso creativo y tener la sensación de que el tiempo vuela de forma poco satisfactoria

6# LIMITA EL ACCESO A LA INFORMACIÓN

El acceso a la información no es ningún inconveniente, el problema es que consumimos contenido en los peores momentos posibles del día en lo que se refiere a nuestra productividad.

Seguro que has vivido la situación similar: tenías una tarea muy importante que hacer, pero en un momento de distracción, terminaste leyendo un blog de productividad personal. Pensabas leer sólo un artículo, aunque al final estuviste más de una hora. Si en ese instante alguien te preguntara si el tiempo te cundió, tu respuesta sería un NO contundente.

Este sabor agridulce hace que tengamos un mal recuerdo del aprovechamiento del tiempo, cuando en realidad fuiste tú y tu atención las que decidieron no hacer la tarea principal.

Tips para limitar el acceso a la información y aumentar tu nivel de concentración:

Bloquea ya todas las distracciones con un plan de choque digital. Stayfocusd, Forest o Remove YouTube Recommended Videos son excelentes aplicaciones para desconectar digitalmente y ‘obligarte’ a no distraerte. Muy recomendables, aunque no son la solución a todos los males

Elige un bloc de notas o aplicación para guardar todo el material que veas online (artículos, podcasts, cursos, vídeos). Cuando veas un contenido interesante, no lo consumas en ese momento, sino que guárdalo en la aplicación para revisarlo más tarde. Elige un día a la semana para revisar todos los contenidos acumulados y entonces dedícale el tiempo que estimes oportuno

Si quieres que el consumo de información sea significativo y tengas un buen recuerdo de él, tómate cada contenido como un minicurso y anota las ideas principales. Una vez las tengas identificadas, te recomiendo que las pruebes durante esa semana y no vuelvas a mirar más contenido hasta que lo hagas. Cuando leemos demasiada información que después no experimentamos personalmente, tenemos la sensación de que el tiempo vuela y que no lo hemos aprovechado

7# ACTIVA LAS ALARMAS CON ANTELACIÓN

Cuando sabemos que nuestra agenda está ocupada, se nos genera una neblina mental que no deja concentrarnos.

Ahora imagina que hoy tienes varios compromisos durante el día. A pesar de que los tienes anotados, tu organismo ‘siente’ que debes estar atento para no saltarte ninguna reunión.

Esta neblina mental genera mucho estrés y ansiedad, por eso es (casi) obligatorio buscar un plan de choque para no acabar con nuestra capacidad de concentración.

Tip para usar las alarmas a tu favor y reducir la ansiedad de tener una agenda llena:

Mi ‘truco’ es muy sencillo, pero personalmente me resulta extremadamente útil. Cada mañana reviso mi agenda y observo cuáles son mis compromisos. Una vez he comprobado que siguen vigentes, entonces tomo mi smartphone y pongo alarmas a todas mis reuniones. Es verdad que podría tenerlo en mi calendario, pero en mi caso suelo trabajar con mis gestores de correo desconectados (mi Outlook y Gmail sólo los abro 2-3 veces al día). Si el evento/reunión es online, la alarma me la pongo entre 5 y 10 minutos antes, dependiendo de lo que tenga que preparar. Si es presencial, calculo el momento específico en el que tendría que salir de casa/oficina. ¿Qué método usas en tu caso? ¡Házmelo saber en comentarios!

¡Ahora es tu turno! ¿Tienes la sensación de que el tiempo vuela o más bien te sucede todo lo contrario? ¿Qué estrategias sueles usar para tener la percepción de que el tiempo te está cundiendo? ¿En qué crees que se te escapa el tiempo? Déjame tus impresiones en el apartado de comentarios : ) ¡1000 gracias!

¡Un abrazo!

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