CREENCIA 1 – Tengo que llegar a todo
El fenómeno de ‘pobreza temporal’ sigue creciendo entre la población. Estamos cargados de sueños y expectativas, mientras que cada vez tenemos menos tiempo para ejecutar nuestras metas.
Querer llegar a todo es inherente a los dioses, y creo que hasta ahora no tenemos deidades humanas en la faz de la Tierra. Ser capaz de rebajar las expectativas y reducir los objetivos que queremos lograr, es un paso imprescindible para reducir nuestros niveles de estrés y apaciguar la frustración.
No tienes que buscar ‘metodologías de productividad’ para llegar a todo. Al contrario, busca maneras de simplificar tu lista de sueños y centrarte en aquellos que te permiten disfrutar de una vida (razonablemente) equilibrada.
CREENCIA 2 – La Productividad Personal no es para mí
Hay un porcentaje de la población que es alérgica a la productividad personal. En realidad, no es un problema en sí mismo, sólo se trata de una preferencia.
La Productividad, como todos los ámbitos, no tiene por qué despertar interés en todo el mundo. Ahora bien, una cosa es convertirse en un maestro sensei de la planificación, y otra muy distinta es prescindir por completo de una agenda (y tenerlo todo en la cabeza).
Cuando estás muy enfadado con la productividad, es porque tienes una herida emocional que supura cada vez que oyes hablar de ella.
Si quieres sanar tu relación con la efectividad, te invito a responder estas 4 preguntas rápidas para ‘descubrir’ la creencia que te impide ver la productividad con racionalidad:
¿Qué sientes cada vez que escuchas la palabra ‘productividad’?
¿Qué situación/persona te imaginas cuando piensas en el concepto productividad?
¿Por qué crees que la productividad te despierta esta animadversión?
¿Qué podrías hacer tú para reconciliarte con la productividad?
CREENCIA 3 – Cada año debo conseguir más y mejores objetivos
Mejorar está genial; obsesionarse con mejorar es un disparo al pie de tu salud mental.
No está escrito en ninguna parte que debas añadir más objetivos a tu lista. Ni siquiera que tengas que cumplir los que ya tienes anotados.
Los objetivos son simples faros; guías para saber hacia dónde dirigirse. Lo más normal del mundo es no cumplirlos, porque de lo que más aprenderás es del proceso.
Este año tampoco logré mis objetivos y no pasó nada. Esta ‘nada’ es mágica, ya que te permite entender que todos los objetivos que te marcas son producto de tu imaginación.
CREENCIA 4 – Estás pensando demasiado en ser productivo/a
Trucos, estrategias, técnicas, herramientas… lo has consultado todo para empezar a ser más productivo.
Está genial: primero aprender y luego aplicar. El problema es que la segunda acción no se produce, ya el cambio de hábitos se bloquea leyendo todavía más información.
Soy un fan declarado del microaprendizaje y de la microacción. En vez de consumir grandes dosis de contenido sobre Productividad Personal, te diría que leyeras sobre una herramienta concreta (Pomodoro 4.0) y la pusieras en marcha inmediatamente.
La mayoría de las modelos conductuales ‘aplauden’ la necesidad de implementar hábitos pequeños, por lo que en productividad no tendría por qué ser distinto.
CREENCIA 5 – Si cambian otras personas, entonces me lo pienso
Una de las razones por las cuales no eres productivo es justamente porque tu entorno tampoco lo es.
Si tienes que esperar a que otras personas desarrollen hábitos productivos, entonces no tienes ningún interés en mejorar la forma de planificarte y organizarte.
Todos somos un ejemplo para nuestro entorno, por lo que si decides ser más productivo estarás mandando un mensaje a las personas más cercanas.
¿Quieres influir de verdad en tu entorno? ¡Adopta cambios! No todo el mundo querrá cambiar, por supuesto, pero al menos pondrás la semilla para que otras personas se dejen ‘contagiar’ por tu productividad personal.
CREENCIA 6 – Las metodologías de productividad son muy complejas
Y no te falta razón.
Todas las metodologías tienen un ‘pack básico’ y un ‘pack premium’. No hace falta convertirse en un ninja de ninguna metodología. Puedes adaptar cualquier metodología a tus necesidades personales y profesionales.
Los más puristas te dirán que ‘recortar una metodología’ es mancillar su esencia, aunque aquí lo que estamos buscando es que te sientas cómodo y que, sobre todo, te funcione el sistema que finalmente elijas.
Si tu objetivo es ser un crack en metodologías de productividad y aspiras a poder impartir talleres para otros profesionales, entonces necesitarás conocer a la perfección las metodologías. Si en tu caso es un tema de bienestar y organización, entonces verás con buenos ojos cualquier sistema que mejore tus resultados y disminuya tu estrés (ya lo irás puliendo más adelante).
CREENCIA 7 – Tienes una idea sesgada sobre la Productividad
Te hicieron creer que la productividad es para personas rígidas que sólo aspiran a convertirse en los profesionales líderes de su sector.
O quizá que la productividad es para personas antisociales que no cuidan de sus familias ni de su entorno más cercano.
¿Quién dijo que la productividad fuera todo eso?
Sea cual fuera la razón por la cual no ves con buenos ojos la productividad, lo más probable es que exista un sesgo psicológico que distorsione tu imagen sobre las metodologías de planificación y organización.
Si te estás preguntando cuál de esos sesgos es el que estás aplicando sin saberlo, aquí tienes un total de 70 sesgos psicológicos que torpedean tu productividad personal.
CREENCIA 8 – Los cursos de Gestión del Tiempo no funcionan
Hay 3 variables críticas que impactan directamente en la efectividad de un curso de gestión del tiempo o de productividad personal.
La primera variable es el interés por parte de la persona que la recibe, ya que no sería la primera vez que un participante va a un curso de estas características sin ningún tipo de motivación.
La segunda variable tiene que ver con la capacidad de comunicación e influencia del formador/a, puesto que sin una metodología pedagógica eficiente ni unos contenidos ajustados al público, se convertirán en ‘otra’ experiencia formativa más. Obviamente, aquí también tendríamos que incluir el conocimiento previo del formador/a en metodologías de productividad personal.
La tercera variable tiene que ver con la situación personal de cada participante a nivel físico, psicológico y social. Si ahora mismo una persona tiene un familiar ingresado o está en pleno proceso de divorcio, es más que probable que su capacidad de atención se encuentre bajo mínimos.
Si las 3 condiciones son favorables, entonces seguro que la efectividad del curso será muy alta. Sólo que exista una condición que sea desfavorable, entonces el resultado general del curso quedará en entredicho y los logros obtenidos no serán los esperados.
Aquí tienes un artículo completo si quieres conocer por qué los cursos de Gestión del Tiempo no funcionan.
CREENCIA 9 – Si ganara más dinero, sería más productivo/a
Productividad y dinero es un binomio conocido, aunque no por ello significan lo mismo.
Una cosa es productividad en el sentido de ‘producción’, y otra muy distinta es la ‘productividad personal’ o ‘efectividad’ donde prima la organización y el bienestar a partes iguales.
No necesitas ser billonario para ser más productivo. En cambio, sí que necesitas ser productivo para ser billonario (descartando herencias millonarias y loterías).
Tener un negocio exitoso requiere de planificación y organización, así que no escatimes para nada en invertir en productividad personal.
Como comentaba en la primera creencia, la pobreza de tiempo también es una ‘patología psicológica’. A continuación, te dejo un vídeo personal con mis reflexiones después de haber ganado mucho dinero en un mes.
CREENCIA 10 – No tengo autonomía suficiente para ganar efectividad
¿Quién es el responsable de tu tiempo?
Si te quieres escaquear, me dirás que tu entorno no te deja dominar tu tiempo. Si asumes tu parte de responsabilidad, entonces me dirás que hay ‘cosas’ que podrías hacer mejor para optimizar tu organización personal.
A la hora de cambiar cualquier comportamiento hay 2 elementos clave para tener en cuenta: lo que está dentro de nuestro círculo de influencia y lo que no.
Si en tu empresa existe la costumbre de no trabajar con listas de tareas compartidas para conocer el avance de los distintos proyectos, tú tienes la posibilidad de crear una para tu departamento (o incluso para un grupo reducido de personas).
Si tu lista compartida de tareas funciona, pronto tendrás a otros colaboradores tratando de replicar tu sistema. Puede ser que tu sistema no tenga éxito y no se replique, pero como mínimo en tu caso ya habrás mejorado la coordinación y la transparencia con tus colaboradores.
Siempre tienes a tu alcance la posibilidad de cambiar, aunque este cambio sea pequeño e irrisorio. Tu poder de influencia es mucho más grande de lo que imaginas.
CREENCIA 11 – Me interrumpen constantemente y no me concentro
Colaborar en un proyecto compartido es sinónimo de interrupción. Las interrupciones no son malignas en sí mismas, aunque sí es preferible poner cierto orden para no bloquear el flujo de trabajo de los distintos colaboradores.
Implementar técnicas y estrategias de productividad implica reservar un espacio de tiempo al principio, sobre todo para construir las bases de nuestra organización personal.
La productividad personal justamente te servirá para gestionar las interrupciones: puedes crear unas franjas horarias para consultas, puedes bloquear espacios libres de interrupciones para todo el equipo, puedes reducir al máximo las reuniones ‘obligatorias’…
La productividad, ante todo, es estratégica. No se trata de restringir el contacto entre colaboradores, sino de optimizar el flujo de trabajo para rendir más.
CREENCIA 12 – Soy una persona muy dispersa
La dispersión pocas veces tiene que ver con la productividad.
Ahora piensa en todas las distracciones que tuviste hoy mismo…
¿Por qué crees que tuviste todas estas distracciones?
Detrás de la respuesta hallarás el sentido a la gran mayoría de distracciones: no estás disfrutando de tu trabajo, el proyecto actual no te convence, estás atravesando una mala etapa en casa, has tenido una discusión intensa a nivel familiar…
Más que un problema de productividad, las raíces de muchas distracciones son psicológicas.
CREENCIA 13 – Hay demasiadas tentaciones digitales
El mundo digital puede llegar a ser un gran roba-tiempos. No es que las redes sociales sean la personificación del mal, pero lo cierto es que pueden causar muchos estragos si no tenemos un control férreo sobre ellas.
Igual que en la creencia anterior sobre la dispersión, la necesidad de consultar las redes sociales e Internet es de origen psicológico y emocional.
Estas son algunas de las ‘carencias psicológicas’ que desemboca en la consulta a todas horas de las redes sociales: necesidad de control del entorno, necesidad de reconocimiento social, necesidad de afiliación, necesidad de validación personal…
Cada vez que caigas en una tentación digital, piensa qué razón te animó a hacerlo. ¿Fue simple curiosidad? ¿O tal vez temes que tus publicaciones no las vea nadie? Ser consciente de nuestra vulnerabilidad es el primer paso para revertirlo.
Si quieres elaborar un plan para reducir el consumo digital, aquí tienes una guía completa para acabar con las distracciones de las redes sociales.
CREENCIA 14 – Tengo demasiadas reuniones durante el día
El teletrabajo (Home Office) nos ha llevado hasta situaciones ridículas y totalmente improductivas. Ahora imagínate un director comercial que se pasa todo el día haciendo reuniones con el resto de sus colaboradores… ¿quién se está encargando de las ventas?
El problema del exceso de reuniones es seguir la inercia. Si tú no pones límites a las reuniones, nadie las pondrá por ti. Al contrario, las reuniones son adictivas y generan una falsa sensación de avance. Si en mi caso personal tuviera demasiadas reuniones, ¿de dónde sacaría tiempo para escribir un artículo como este de más de 10.000 palabras? Exacto, ¡nunca!
Lo primero que deberías hacer es bloquear al menos 1 hora de tu tiempo con mayor energía. Tendría que ser un espacio sagrado para dedicárselo a ejecutar tareas complejas que se te acumulan en tu lista de tareas.
Adicionalmente, tienes que limitar tu disponibilidad horaria sí o sí. Estar todo el día disponible y a merced de las reuniones de otras personas, supone trabajar de forma reactiva y con cero posibilidades de planificación. Sin un mínimo de autonomía, la calidad de los resultados se resiente por completo.
Por último y si eres responsable de equipo, mi recomendación es que substituyas las reuniones informativas por vídeos cortos y encuestas. La gran mayoría de las reuniones informativas son unilaterales y no implican participación.
CREENCIA 15 – Las herramientas de productividad terminan siendo un freno
Todas las herramientas tienen amantes y detractores. Si trabajas por cuenta propia, tienes opción de elegir qué herramienta quieres para gestionar proyectos y tareas. Si por lo contrario trabajas por cuenta ajena, entonces tendrás que ‘aceptar’ las herramientas que te sugiera la empresa.
Está claro que el nivel de agradabilidad de una herramienta es un factor decisivo para su éxito. Cuando algo te chirría desde el principio, tu implicación se verá seriamente perjudicada.
Hay que ser consciente que todas las herramientas tienen una curva de aprendizaje inicial. A pesar de que algunas son más amigables que otras, lo cierto es que debemos invertir un tiempo en descubrir la funcionalidades básicas y acordarnos de actualizarlas a menudo.
Mi sugerencia es que, sea cual sea la herramienta de productividad que elijas, tienes que añadir su aprendizaje como si fuera una tarea más. Si por ejemplo eliges el gestor de proyectos Airtable, deberías añadir una tarea diaria para ir probando sus diferentes funcionalidades.
Al final todas las herramientas tienen prácticamente las mismas funciones, lo único diferentes es nuestra percepción hacia ellas. Algunos prefieren la usabilidad de Trello, otros prefieren el grado de detalle de Microsoft Project.
En base a como eres tú y tu forma de organizarte, ¿cuál crees que es tu herramienta favorita? ¡Te leo en comentarios!
CREENCIA 16 – No me gusta que me vean como la persona más productiva
Implementar hábitos productivos significa destacar. En una empresa cuya cultura es rendir lo mínimo posible y no sobresalir demasiado, podríamos decir que la productividad es casi un sacrilegio.
En cambio, en empresas donde el rendimiento es un valor de la empresa y los colaboradores se esfuerzan cada día más en hacerlo mejor, la productividad es el ingrediente secreto del éxito.
Sin entrar a debatir cuál sería el modelo ideal de empresa, lo cierto es que no a todo el mundo le gusta destacar por su alto nivel de desempeño. Ser muy productivo, en ocasiones, puede generar envidia por parte de otros colaboradores. Además, puede ser también que te recaiga más responsabilidad por tu alta capacidad de ejecución.
Saber gestionar todas estas consecuencias colaterales tiene mucho que ver con tu desarrollo personal: gestión emocional, tolerancia a la frustración, manejo de expectativas, empatía, asertividad…
Piensa en la productividad personal como en una herramienta de introspección. Optimizar tu esfuerzo te permite conocerte mejor y reevaluar el entorno donde te encuentras. Si siendo productivo ves que no encajas en la empresa, ¿por qué no buscar un entorno donde sí se valore tu aportación?
CREENCIA 17 – Mi tipo de trabajo no me permite ser más productivo/a
La ‘neuroexcusa’ predilecta de muchas personas.
Todas estas técnicas de productividad están bien, pero estoy convencido de que no son para mi tipo de trabajo… ¡pero en cambio para el resto de las personas sí!
En una cosa sí que estoy totalmente de acuerdo: la productividad personal es solamente útil para trabajos del conocimiento y/o innovación.
Otra cosa es en la esfera personal, ya que la productividad es perfectamente válida para gestionar tu vida más allá del trabajo.
La gran mayoría de los trabajos nos permiten aplicar técnicas de productividad, lo más importante es que tú no seas ese bloqueo. Si estás buscando objeciones, las encontrarás. Si buscas obstáculos, los encontrarás. Si en cambio buscas soluciones… también las encontrarás.
CREENCIA 18 – Intenté ser productivo/a una vez y no funcionó
Una vez fui a esquiar y me lesioné. Desde entonces huyo del esquí y no quiero dedicarle ni un minuto a esta actividad.
¿Eso quiere decir que practicar esquí sea una actividad detestable?
Ya sabes la respuesta: no.
La calidad de las experiencias vividas atesora un gran valor sentimental, ya que nos sirven como palanca de cambio/freno según el impacto que tuvieron.
Te planteo las siguientes 3 preguntas para reorientar tu visión sobre la productividad personal:
¿Por qué recuerdas tu primer contacto con la productividad de manera negativa?
¿Qué hubiera tenido que suceder para que ese contacto inicial fuera positivo y/o útil?
¿En qué crees que te impactaría mejorar tu productividad? ¿Qué oportunidades tendría para ti?
Mi objetivo no es obligarte a que ‘ames’ la productividad personal, para nada. Lo más importante es que conozcas sus ventajas y cómo puede impactar en tu vida si decides aplicarla.
CREENCIA 19 – Con hijos es imposible mejorar tu Productividad
Tener hijos es un proyecto de dimensiones mayúsculas.
Ahora bien, la maternidad/paternidad es uno de los momentos de la vida donde más productividad (y algún milagro) se requiere.
Quizá no puedes aplicar técnicas de productividad en tu trabajo, pero sí lo puedes hacer a nivel personal: planificar las comidas de la familia a 1 mes vista, tener la ropa lista para cada día de la semana, planificar el ocio individual y el compartido con toda la familia…
Estos pequeños (grandes) avances son indispensables para encontrar el equilibrio en una de las etapas más caóticas de nuestra vida.
No obstante, detrás de todas estas enseñanzas hay un mensaje silencioso y a la vez crucial: es tiempo de renunciar y, sobre todo, aceptar que no puedes llegar a todo.
Veo muchas personas empeñadas en seguir siendo igual de productivas que antes de tener un hijo/a, especialmente cuando el recurso tiempo es más limitado que nunca.
En vez de intentar culpabilizar a la situación y llevar nuestro cuerpo al límite, quizá es momento de dejar de hacer algunas cosas y posponer los proyectos menos relevantes. Es verdad que nuestro ego es tozudo y siempre quiere llevar la razón (hacerlo todo), pero existe algo llamado ‘salud’ que es el motor productivo más importante de cualquier persona.
CREENCIA 20 – Mi situación familiar no me permite ser más productivo/a
Conflictos familiares, divorcios, drogas, problemas sentimentales… influyen al 100% en tu productividad personal.
Ser una persona productiva no consiste en relegar todas estas situaciones en un segundo plano, sino todo lo contrario. A diferencia de lo que a veces se dice, una persona productiva debe dedicarle tiempo a sus puntos críticos de su vida que consumen una parte importante de nuestra energía mental.
A veces confundimos efectividad con evitación, cuando en realidad es al revés. Si eres capaz de abordar y gestionar todos tus conflictos lo antes posible, ganarás claridad y foco para ejecutar tus proyectos y tareas.
CREENCIA 21 – El espacio de trabajo me impide concentrarme
No todo el mundo vive en una casa con jardín y con vistas al mar. Cierto.
Cualquier espacio de trabajo debería estar diseñado en base a nuestro nivel de atención. Sé que no siempre es posible por las circunstancias personales y por el tipo de vivienda, pero seguro que puedes ajustar tu espacio para que sea ‘lo más productivo posible’.
Cuando hablamos de la combinación entre espacio de trabajo y productividad nos referimos a:
Minimalismo espacial: menos es más, por lo que cualquier elemento sobrante no debería formar parte de tu mesa de trabajo. No es necesario tener una impresora en mesa, tampoco 3 o 4 lámparas distintas (a no ser que tengas un estudio profesional).
Espacio personalizado: cuando trabajas tienes que sentirte cómodo, como si ese espacio fuera diseñado especialmente para ti. Y es que… ¡no es para menos! Ahí te pasarás la mayor parte del día.
Lugar anti-distracciones: no tengas visibles todos tus dispositivos electrónicos, busca el punto de luz óptimo para trabajar, ten 2 cuentas de usuario distintas en tu ordenador/computadora para un uso personal y laboral…
Si quieres ir más allá y rediseñar tu oficina en base a la Neurociencia y la Productividad Personal, aquí tienes una guía completa para configurar tu espacio de trabajo con Neuroproductividad.
CREENCIA 22 – Tengo muchos pensamientos recurrentes durante mi trabajo
Tenemos de media entre 50.000 y 70.000 pensamientos diarios, por lo que no sería un problema tener ‘demasiados pensamientos al día’.
Otra cosa muy distinta es el impacto emocional que tienen estos pensamientos, ya que ahí es donde estos mismos pensamientos no dirigen hacia una determinada acción.
Si has tenido una experiencia desagradable con un cliente (no le gustó tu trabajo), vivirás con especial intensidad emocional el momento de trabajar con tu próximo cliente (querrás hacerlo mejor, pero sentirás nervios por si el nuevo cliente te vuelve a rechazar).
Te aconsejaría seguir los 3 siguientes pasos:
Identifica (y anota) cuáles son los pensamientos predominantes que se repiten más durante el día
Piensa si estos pensamientos dependen de ti o dependen de otras personas (¿dónde está el círculo de influencia en estos pensamientos?)
¿En qué día empezarás a gestionar estos pensamientos para rebajar su intensidad emocional?
CREENCIA 23 – No entiendo porque todo el mundo debe ser productivo
Esta creencia es muy personal.
¿Es importante la productividad personal? Depende. ¿Qué es lo más importante para ti? ¿Crees que la productividad te puede ayudar a conseguirlo? Ahí tienes la respuesta.
CREENCIA 24 – Leí un libro sobre Productividad Personal y no me gustó
Cada libro está hecho a imagen y semejanza de su autor/a. Visiones sobre la productividad hay muchas, la pregunta sería: ¿cuál crees que encaja más contigo?
A continuación, me gustaría compartir contigo 3 condiciones básicas para leer un libro:
Apertura mental: si ya empiezas la lectura blasfemando sobre el libro, estoy convencido de ya que conoces el resultado final: una pérdida de tiempo. Date permiso a la hora de conocer nuevas maneras de organizar tu vida y tu trabajo, seguro que obtendrás alguna sorpresa agradable.
Aplicabilidad del contenido: transforma toda la teoría de los libros en acciones prácticas y tangibles. De nada sirve leer sin aplicar, lo idea es anotar todos los puntos que estimes oportunos y que pueden mejorar tu rendimiento. Antes de decir que algo no funciona, permítete probarlo para corroborar su efectividad.
Adaptabilidad de los aprendizajes: no te tomes al pie de la letra todos los contenidos del libro, adáptalos a tu realidad. Las técnicas de productividad son aproximaciones a cómo deberías realizar los procedimientos y las tareas, aunque bajo ningún concepto son mandamientos obligatorios que ejecutar.
CREENCIA 25 – No sé por dónde empezar para ser productivo/a
Si realmente te apetece adentrarte en el fascinante mundo de la productividad personal, lo ideal sería que empezaras por algo sencillo y lo pusieras en práctica inmediatamente.
Procura no implementar una metodología completa desde el principio, céntrate mejor en una técnica concreta para comprobar su efectividad. Más adelante y si te funciona la técnica concreta, podrás acceder al siguiente paso y probar otras técnicas más avanzadas.
Si estás totalmente perdido y no sabes por dónde empezar, te recomiendo las siguientes guías:
La guía definitiva sobre Productividad Personal (70 artículos)
80 hábitos de efectividad que puedes implementar hoy mismo
CREENCIA 26 – Me intimida ver cómo las otras personas sí son productivas
El fenómeno de la comparación social es un clásico en cualquier disciplina.
No podemos evaluar nuestro rendimiento en base a lo que están haciendo otras personas, básicamente porque no conoces su situación actual ni todo lo que han vivido para hacer lo que están haciendo.
¿Cuánto tiempo y energía has invertido en ser más productivo? ¿Cuán importante es para ti ser una persona productiva? ¿Cuándo fue la última vez que te formaste en gestión del tiempo?
Ahora elige a una persona que consideras que es muy productiva. ¿Conoces su historia personal? ¿Sabes qué hizo para convertirse en un profesional efectivo? ¡Pregúntaselo!
Cualquier metodología no sólo necesita conocimiento, sino unos hábitos consistentes que nos ayuden a ser más efectivos día tras día. Un curso de gestión del tiempo o Productividad Personal sólo es el primer paso de un viaje de mil leguas.
CREENCIA 27 – La mediocridad impera en mi entorno y en mi empresa
Este creencia tiene que ver con tu círculo de influencia y tu capacidad de tomar decisiones.
Aunque a veces estemos más o menos maniatados, lo cierto es que (casi) siempre podemos tomar decisiones. Otra cosa es que estas decisiones generen conflictos y nos pongan en contra de las opiniones de algunas personas.
La productividad personal es una metodología de organización que depende de cada individuo, por lo que siempre podemos decidir si queremos ser productivos o no.
Después podemos tener más o menos obstáculos, pero lo más importante es dar ejemplo al resto de los colaboradores. La única manera de quitar la suciedad en una jarra de agua, es añadiendo más agua fresca (sin suciedad) en el interior de la jarra.
Si te centras en cómo son otras personas, entonces la productividad personal siempre será algo secundario. Si te animas a dar el paso y convertirte en una persona productiva, entonces lo harás directamente sin consultárselo a nadie.
CREENCIA 28 – Una vez leí que la Productividad Personal no es sana
Hay un vínculo que ha existido desde la eternidad: si quieres la máxima productividad, entonces deberás trabajar duro hasta la extenuación.
La productividad personal es la búsqueda del equilibrio constante entre las diferentes áreas de nuestra vida.
Si ahora tu objetivo es convertirte en un emprendedor/a de éxito y lograr venderle tu empresa a uno de los gigantes del sector, seguramente tu familia y amigos pasarán a un segundo plano. Esto no es bueno ni malo, simplemente son etapas vitales y formas distintas de entender la vida.
Si por ejemplo acabas de ser mamá/papá, quizá tu foco no esté en el trabajo y prefieras centrarte en la familia durante más tiempo. Cualquiera de la 2 opciones es perfectamente válida, lo realmente crucial es entender que el equilibrio se produce de forma automática (a veces sin buscarlo).
¿En qué te está ayudando la productividad personal a mejorar tu bienestar?
Si no encuentras una respuesta clara a esta pregunta, deberías replantearte que significa para ti ser una persona productiva.
CREENCIA 29 – Si soy productivo/a, perderé espontaneidad
Uno de los mitos asociados a la productividad personal es la pérdida de espontaneidad.
El nivel de rigidez lo marcas tú, ninguna metodología te exige que seas una persona antisocial y que todo lo que tengas en tu agenda deba estar planificado a 3 meses vista.
Es cierto que cuando te subes al carro de la productividad tiendes a medir mejor los tiempos, aunque también puedes asignar un tiempo semanal a realizar actividades espontáneas (sin planificar).
A veces hemos mitificado la espontaneidad, pensado que siempre tenemos ‘ideas locas’ con las que entretenernos. Nada más lejos de la realidad, ¿cuántas veces tenías toda la tarde libre y finalmente estuviste tumbado en el sofá?
Planificar el ocio es primordial para mantener el equilibrio entre nuestras diferentes áreas vitales. No sólo hay que planificar proyectos y tareas, sino todo aquello susceptible de hacernos crecer personalmente y de ayudarnos a cuidar nuestro entorno más cercano.
CREENCIA 30 – Ya hago demasiadas cosas, como para ponerme con la productividad
Como comentábamos más arriba, todos pasamos por diferentes etapas vitales.
Si ahora mismo consideras que ser más productivo no está en tus planes, no seré yo para nada quien te la contradiga.
Hazte la siguientes preguntas para conocer la idoneidad de aplicar una metodología de productividad:
¿En qué me ayudaría ser más productivo a la hora de conseguir mis objetivos actuales?
De todas las cosas que estoy haciendo ahora, ¿qué prioridad tiene para ti la productividad personal?
¿Cuáles son las consecuencia de no ser productivo a la hora de alcanzar tus metas actuales?
CREENCIA 31 – Intenté implementar una herramienta con mi equipo, pero nadie la usó
No te enamores de la herramienta. Enamórate de la metodología.
Te pongo el siguiente caso: descubres una nueva herramienta (Trello por ejemplo) y te encanta. Se la enseñas a todo tu equipo y, viendo tu entusiasmo, deciden que la utilizarán todos los colaboradores para gestionar proyectos compartidos. Después de un primer intento fallido, decides abandonar la herramienta en equipo.
Esta ‘historia corriente’ es el trágico desenlace de muchas herramientas en las empresas. Olvidamos que la curva de aprendizaje de las herramientas de productividad es alta, y mucho más para las personas que no están enamoradas de la herramienta digital.
Más que centrarte en la herramienta, crea una metodología de productividad que sea compartida y co-creada por el resto del equipo. Si las personas identifican que esa metodología es la que han diseñado ellas, entonces aumentarás las probabilidades de que funcione en una herramienta compartida.
CREENCIA 32 – Siempre que quiero mejorar mi efectividad, tengo la agenda llena
Justo en la semana que te decides a implementar tu primera técnica de productividad, resulta que la agenda te devora y no tienes ni un hueco libre.
Lo que obtendrás en un curso de gestión del tiempo es puro conocimiento, lo más importante es la práctica más allá del curso. Igual que planificas tus proyectos y tareas durante la semana, es crítico que anotes las tareas específicas para que mejores tu productividad personal.
Si por ejemplo quieres mejorar el sistema de organización en carpetas de tu correo electrónico, entonces tienes que crear una tarea que te lo recuerde (de lo contrario todo quedará en agua de borrajas).
Si por ejemplo quieres hacer limpieza de las tareas que se te acumulan cada fin de semana, tienes que reservarle un hueco en tu lista de tareas y anotarlo.
Si no lo tienes anotado en ningún sitio, lo más probable es que todas las mejoras queden en el limbo.
CREENCIA 33 – Qué hago si ya intenté ser productivo/a y quiero empezar de nuevo
Si ya conoces los beneficios de ser productivo, pero tuviste una mala racha, mi recomendación es que empieces de nuevo (aunque en este caso ya contarás con mucha experiencia).
Empezar con un reset es lo más efecto y lo que te garantizará una mayor efectividad en el futuro.
CREENCIA 34 – La tecnología no es lo mío, no me aclaro con las herramientas
No está escrito en ninguna parte que la productividad personal esté basada en herramientas digitales (es sólo una opción).
Si bien es cierto que para compartir proyectos y tareas abogo por las plataformas digitales, también es verdad que para el uso diario y personal puedes usar una libreta o agenda de papel.
No te compliques, de verdad. Todas las personas deberían empezar por su formato natural (analógico o digital), nada de florituras digitales. Una vez aprendes cómo funciona la metodología de productividad, entonces el formato pierde fuerza y te adaptas a cualquiera de ellos.
CREENCIA 35 – Quiero centrarme en otras cosas antes que mi Productividad
Y estás en todo tu derecho, claro que sí.
Antes déjame preguntarte:
¿En qué te ayudar la productividad personal a conseguir las ‘otras cosas’ que quieres lograr?
CREENCIA 36 – Ser una persona productiva me convertirá en antisocial
El binomio Productividad y Sacrificio es una rémora del pasado.
No es necesario sacrificar tu vida para lograr la máxima productividad. La Productividad, más allá de los clásicos KPIs de rendimiento económico, también contemplan otras áreas igual de relevantes como la salud, la felicidad, el bienestar subjetivo y el desarrollo personal.
Dentro de tus objetivos no sólo tienen que aparecer tus proyectos personales, sino que también puedes incorporar tus relaciones personales. Si quieres mejorar la frecuencia de contacto de tu primer círculo de amistades, lo más probable es que al inicio lo debas añadir a tu lista de tareas.
Ahora échale un vistazo a tu lista de tareas para este semana: ¿qué prioridad tienen tus amistades y familiares en tus tareas pendientes?
CREENCIA 37 – Tengo demasiadas urgencias para poder concentrarme
La mayoría de las urgencias son producto de la mala planificación.
Hay una frase que me encanta para desacelerar la velocidad de las urgencias:
‘Tu mala planificación no es mi urgencia’
Aquí la palabra clave se llama ‘consentir’. Si cada vez que alguien tiene urgencia lo paras todo y le prestas toda tu atención, lo más seguro es que la gran mayoría de colaboradores se relacionen contigo mediante las urgencias.
Al final somos animales de costumbres. Si vemos que alguien siempre está abierto a las urgencias y además lo deja todo por nosotros, tenderemos a ‘usar’ esa persona para solucionar todos los obstáculos que aparezcan a última hora.
Respeta tus límites, nadie lo hará por ti. Siempre hay excepciones, por supuesto, aunque hay que reconocer que la mayoría de las urgencias no merecen que lo pares todo y les dediques todo tu tiempo. Si consientes, pierdes. Marca tu terreno con naturalidad, respeta tu tiempo.
CREENCIA 38 – Se me escapa mi energía mental y no sé por dónde
Existen 4 fugas principales por donde se ‘escapa’ nuestra energía mental:
Mensajes: gestión del correo electrónico, Teams/Slack, mensajería instantánea…
Eventos/Reuniones: reuniones de equipo, citas con clientes, reuniones informativas…
Tareas: listas infinitas de tareas, tareas desperdigadas en varios sitios, proyectos pendientes…
Pensamientos: repetición de los pensamientos, calidad de los pensamientos…
Analiza e identifica por cuál de ellas se te escapa más energía. Una vez lo tengas claro, entonces ahí es donde la productividad personal puede ayudarte a recuperar el foco y no malbaratar tanta energía en vano.
¿Dónde se te escapa la energía mental durante el día? ¡Te leo en comentarios!
CREENCIA 39 – Antes de ser productivo/a quiero conocer las mejores técnicas
Parálisis por análisis. Así de claro.
El conocimiento profundo de las metodologías de productividad personal son para aquellas personas que sientan devoción por ellas o que ya sean unos convencidos de sus beneficios.
Si en tu caso estás empezando y quieres aumentar tu rendimiento (mitigando el nivel de estrés), entonces es preferible empezar con técnicas sencillas para reducir tu sobrecarga de trabajo actual y aliviar tu nivel de ansiedad.
Debes notar los beneficios de la productividad antes de inmiscuirte en ella, por eso es recomendable aplicar directamente un hábito que nos ayude a ser más efectivos (antes de ponerte a estudiar una metodología completa).
Las metodologías de productividad no te cambiarán la vida, los beneficios que te proporcionan sí.
CREENCIA 40 – No soy capaz de levantarme pronto y empezar a rendir más
Levantarse pronto está tremendamente sobrevalorado.
No hay ningún artículo científico donde se asegure que, si te levantas más temprano que nadie, tendrás los mejores resultados y vivirás montado en el dólar toda tu vida.
Es cierto que hay algunas celebridades que se levantan temprano y han conseguido grandes hitos, pero no es menos cierto que hay otros grandes profesionales que también lo lograron trabajando por la noche.
El cronotipo (momentos del día cuando tienes más energía) tiene un origen biológico, por lo que cualquier cambio en este sentido será complicado e irá en contra de la voluntad de tu cerebro.
Más que cambiar el cronotipo (que requiere entre 3-5 años y no siempre es estable), lo ideal sería adaptar tu horario a tu cronotipo actual. ¡No al revés!
CREENCIA 41 – Me paso el día leyendo blogs de Productividad y no hay manera
El bucle del bucle. Mucha productividad personal en forma de conocimiento, pero no nunca lo llevas a la práctica.
La productividad hay que vivirla y experimentarla, no sólo hay que estudiarla. Puedes ver muchos tutoriales sobre cómo optimizar tu gestor de correo Gmail y/o Outlook, pero si no vas directamente al correo y lo modificas, lo más probable es que termines olvidando todos los trucos y estrategias.
Puede ser una gran idea leer semanalmente el único blog sobre Neurociencia y Productividad Personal, aunque lo más importante es que después tomes acción.
¿Qué leíste este último mes sobre Productividad Personal que puedas aplicar hoy mismo?
CREENCIA 42 – Me siento mal cuando soy productivo/a
Si estás inmerso en un entorno de mediocridad… ¿por qué deberías destacar?
Esta pregunta tiene trampa, ya que realmente no trabajamos para los demás. Aunque parezca una frase sin sentido, lo cierto es que el trabajo es una fuente de desarrollo personal (que termina repercutiendo en tus colaboradores).
En ciertos entornos donde las personas productivas no son bienvenidas, lo cierto es que deberías plantearte qué haces allí y por qué decidiste formar parte de esa comunidad. ¿Es sólo un tema de dinero? ¿O es porque te sientes cómodo destacando dentro de la mediocridad?
Sea cual sea la respuesta, lo más importante es que la productividad siempre es buena para ti. Te permite trabajar más desahogado, encuentras más tiempo personal para ti, y además te da la posibilidad de aumentar la calidad de tu trabajo sin caer en las fauces del estrés.
Piensa en todos estos beneficios que te genera para ti, independientemente de cómo lo vivirán las personas que suelen acompañarte en tu día a día laboral.
CREENCIA 43 – No me siento preparado/a para iniciarme en la Productividad
En muchos talleres nos preguntan: ¿hay algún requisito previo para embarcarme en el mundo de la Productividad Personal?
La respuesta es contundente: ¡NO!
La Productividad es el resultado del siguiente trinomio: Conocimiento + Predisposición + Acción
Conocimiento: los contenidos básicos que necesitas saber antes de empezar a diseñar una metodología de productividad personal. No es que sean muy complicados, pero sí necesitan de unas bases para flexibilizar algunas creencias y desarrollar hábitos productivos
Predisposición: tu nivel de apertura ante técnicas que son nuevas para ti. Si ya de antemano te muestras cerrado y con pocas ganas de cambiar, lo más probable es que sigas como ahora y no desarrolles ningún hábito de productividad. Si tienes máxima predisposición, ya tienes la mitad del camino hecho.
Acción: todo el conocimiento puesto en práctica (con la máxima predisposición). En este punto es donde todo cobra sentido, ya que ves como la teoría del conocimiento impacta en tu vida y puedes saborear los primeros beneficios.
CREENCIA 44 – La Productividad está diseñada para grandes profesionales
No, en absoluto.
Muchos grandes profesionales han llegado a serlo porque han desarrollado hábitos productivos de calidad. Y no al revés.
La práctica hace al maestro, ya lo sabes. Por lo que la persistencia y la repetición son elementos clave antes de alcanzar la excelencia en el trabajo que desempeñamos.
¿Cuál es tu nivel de constancia para lograr los mejores resultados en tu trabajo?
CREENCIA 45 – Ya no tengo edad para mejorar mi productividad personal
Tengo una muy buena noticia para ti: la edad no influye en la productividad personal.
Lo que de verdad influye son tus creencias. Si estás dispuesto a ver otras formas de organizarte y además les das una oportunidad, la edad para lograrlo es totalmente indiferente.
Todavía hay más: en general, las personas de mayor edad son capaces de desarrollar hábitos más rápido si están predispuestos a hacerlo. Las razones son fáciles de comprender: conocen mejor sus límites, ya (suelen) saber lo que quieren, son conscientes de la escasez de su tiempo…
No es casualidad que decidiera escribir un artículo como este, ya que en la gran mayoría de los casos las creencias son los principales frenos para ser una persona productiva.
CREENCIA 46 – Prefiero tener más tiempo para mí que ser más productivo/a
Otra vez confundimos el término ‘Productividad’.
Uno de los objetivos principales de la productividad personal es justamente tener un equilibrio entre tus distintas áreas vitales: ser productivo también tiene que ver con tener más tiempo personal.
Si eres una persona que sólo dedica tiempo a cumplir objetivos laborales, seguramente tendrás dificultades en las otras áreas: pocas relaciones familiares y de amistad, cero ocio personal, sin tiempo para practicar deporte y el cuidado personal…
Nada sale gratis, y en la productividad tampoco. En este caso la persona sería muy productiva en su faceta laboral, pero tremendamente improductiva en el resto de las áreas.
¿Qué área de tu vida crees que deberías estar fortaleciendo? ¡La productividad te ayudará a conseguirlo!
CREENCIA 47 – La Productividad Personal no es una competición
Las luchas de clanes sólo generan frustración y resentimiento.
La palabra ‘lucha’ implica rabia y confrontación, dos elementos antitéticos a la productividad personal.
Una de la metas más importantes de la productividad personal es lograr paz mental, es decir, una vida equilibrada que cultive el desarrollo personal y elimine las pérdidas de tiempo en situaciones banales.
Si lo único que quieres conseguir siendo productivo es ‘vencer’ a otra persona, déjame decirte que entrarás en un bucle infinito de lucha por el poder. Después de haber supuestamente vencido a esa persona, entonces querrás más y buscarás otra ‘víctima’.
Tal vez llegarás a la cima, cierto. Pero no podrás compartir tu ‘éxito’ con nadie. Estarás solo.
La productividad personal nos permite crecer personal y profesionalmente, es una habilidad personal. Ahí ‘fuera’ no hay nada ni nadie con el que competir, sólo heridas emocionales del pasado que todavía están supurando.
CREENCIA 48 – Mi equipo no es productivo y ni quiere serlo
Una persona no forma parte de un equipo por casualidad.
Con eso no me gustaría afirmar que eres una persona improductiva, sino que tal vez estés en el lugar equivocado.
Hay 2 motivos principales por los cuales un equipo no abraza la productividad:
Por ignorancia: desconocen que existen hábitos productivos y les encantaría que alguien les hubiera explicado que existen metodologías y técnicas de productividad personal. Esta situación tiene solución, ya que contamos con la predisposición del equipo para aprender.
Por desidia: el equipo no tiene ningún interés en mejorar su rendimiento. Aquí se pueden entrelazar varias causas: los colaboradores entienden que la empresa no se preocupa por ellos, se siente cómodos y no le pondrán ni una pizca de voluntad en mejorar algo que ya ‘funciona’, hicieron un curso de gestión del tiempo y no tuvieron una buena experiencia…
¿En qué punto crees que está tu equipo? ¿Tiene solución todavía? ¿Qué decisión tomarás tú?
CREENCIA 49 – Tengo que medir demasiadas KPIs y no me interesa
Las KPIs son indicadores observables del rendimiento de las personas.
A partir de aquí, estos indicadores serán tan extensos como necesites. De hecho, lo ideal sería que empezaras con las mínimas KPIs para medir que el desempeño de las personas está en el camino indicado.
A veces pensamos en largas listas de indicadores que debemos actualizar muy a menudo, cuando realmente con 4-5 KPIs sería más que suficiente para tener unas buenas métricas. Ni siquiera sería necesario evaluarlo cada día, sino que nos bastaría con una vez por semana.
CREENCIA 50 – No encontré la app ideal en mi smartphone para ser productivo/a
Igual que cuando antes hablábamos de la herramienta ideal para tu ordenador/computadora, lo mismo sucede con la aplicación idónea para tu smartphone.
Probar, adaptar y persistir. Todas las aplicaciones requieren una curva de aprendizaje inicial, por lo que inicialmente nos será más complicado conocer todas las funcionalidades.
Cabe decir que muchas aplicaciones no tienen las mismas funciones que en la versión PC/MAC, por lo que deberás encontrar maneras alternativas para usarlas en las misma condiciones.
CREENCIA 51 – En plena crisis hay cosas más importantes que la Productividad
Las prioridades las marcas tú, ¡totalmente!
La productividad personal es una metodología útil para surfear tiempos inciertos y gestionar nuestro flujo de trabajo, aunque por supuesto no es la panacea a todos nuestros problemas.
CREENCIA 52 – El Teletrabajo es lo más improductivo que conozco
Las experiencias personales con el teletrabajo son de lo más variopinto.
No todo el mundo habla bien de trabajar a distancia, ni por supuesto todas las personas han tenido una experiencia nefasta (sino todo lo contrario). Después están los grises, los puntos intermedios.
Implementar una cultura de teletrabajo y tener un sistema de organización común para todo el equipo, son 2 aspectos fundamentales para garantizar la efectividad y reducir considerablemente los niveles de frustración.
¿El Teletrabajo no es productivo? ¿O tal vez lo realmente improductivo fue la manera en que estamos gestionando el teletrabajo?
CREENCIA 53 – No tengo una herramienta para medir mis objetivos y metas
Tenemos una manía persecutoria: estamos obsesionados con las herramientas.
Lo más importante para conseguir tus metas es tener desarrollados los hábitos productivos necesarios para lograr tus metas. Así de simple y complicado a la vez.
La herramienta en si misma sólo se trata de un apoyo, una pauta visible y tangible para anotar los resultados. Por supuesto que es útil, aunque dista mucho de ser la solución ideal a todos los problemas de productividad.
Eso sí, tus deseos son órdenes. Aquí tienes una plantilla Excel gratuita para establecer tus objetivos (y lograrlos).
CREENCIA 54 – Soy una persona nocturna y no tengo remedio
Las malas lenguas te han engañado: sí tienes remedio.
Ser una persona vespertina es una característica biológica como cualquier otra: si eres más ancho de cintura o menos, si eres más alto o bajo, si tienes los ojos claros u oscuros…
Lo realmente importante es que seas capaz de adaptar tu jornada laboral a tu cronotipo vespertino.
Si tienes esta flexibilidad, entonces ya tienes mucho ganado. Si en cambio tienes horarios fijos, entonces tienes 2 opciones: o adaptarte (y pasarlo mal), o buscar un empleo que te permita respetar tu horario laboral biológico.
CREENCIA 55 – Estoy muy agobiado/a y no tengo tiempo para ser productivo/a
¿A qué se debe tanta ansiedad?
Lo sé: no es fácil de descifrar. Seguramente no exista una sola causa, aunque sería preferible que averiguaras de dónde proviene tu sensación de agobio.
De todas las causas habidas y por haber, hay una de ellas que no es responsable: ser una persona productiva. Lo más probable es que la causa sea una mala planificación o, dicho de una manera más vulgar, andar como un pollo sin cabeza.
La productividad personal es uno de los mejores (sino el mejor) ansiolítico que nos podemos tomar para mitigar nuestro nivel de ansiedad. Saber que tienes tus proyectos y tareas en un espacio centralizado, con tus listas bien diseñadas, con los proyectos compartidos y accesibles… eso uno de los mejores regalos anti-ansiedad que existen en el mercado.
¿Qué estás dispuesto a hacer para reducir el nivel de ansiedad que estás sintiendo ahora mismo?
CREENCIA 56 – Tengo que trabajar todavía más horas para ser más efectivo/a
Trabajar más horas no te hace más productivo.
Existe una falsa sensación de avance vinculada con la cantidad de horas que trabajamos. Resumiéndolo mucho, hay 2 tipos de tareas en base a su efectividad a medio y largo plazo:
Tareas estratégicas: aquellas actividades que son clave para conseguir los objetivos marcados
Tareas operativas: aquellas actividades rutinarias que son accesorias y que no impactan directamente en los objetivos marcados
¿Cuántas tareas estás haciendo de cada tipo? ¿Más tareas estratégicas o más operativas? ¡Ahí está la verdadera clave de la productividad!
Si te estás preguntando cuántas horas deberías trabajar a la semana, este artículo es ideal para ti.
CREENCIA 57 – No tengo energía para tanto cambio (y menos para Productividad)
Ahora ya sabes por dónde se escapa tu energía mental.
Si tienes claro que tu energía se va en cosas que podrían ser subsanadas con un método de productividad personal, entonces ¿por qué no implementar un sistema de organización que te ayude a recuperar parte de tu energía mental?
Si en cambio consideras que tu energía mental se va por otras cuestiones ajenas a la productividad, lo más lógico es que inviertas tu valioso tiempo en otras materias.
¿De qué manera te ayudaría la productividad personal a la hora tener más energía? ¡Dale una vuelta!
CREENCIA 58 – Primero quiero ganar más dinero y luego ya seré productivo
¿No sería al revés?
Un buen sistema de organización personal nos permite agilidad y mayor avance en los proyectos. Si estos proyectos están bien diseñados desde el punto de vista estratégico, ¿por qué no ser productivo primero para luego incrementar tus ingresos?
CREENCIA 59 – Los robots serán más productivos que nosotros, asumámoslo
Hay una falsa dicotomía entre robots y personas.
¿Por qué se supone que debemos ‘vencer’ a los robots?
La convivencia es la mejor opción, puesto que cada parte tiene sus ventajas e inconvenientes.
No te preocupes por lo que los robots te quitarán, opta por mejorar lo que ya sabes hacer y que no puede ser substituido por ninguna máquina.
CREENCIA 60 – Soy una persona de ideas, no de ejecución
Todos hacemos cosas, sean las que sean.
Pensar en ideas para realizar un prototipo es productividad. Hacer una presentación para un cliente también es productividad. Repensar la estrategia de una organización por supuesto también es productividad.
Todos ejecutamos tareas, sean más creativas, de ideación, o actividades operativas.
Lo importante es que uses la productividad personal a tu favor: ¿en qué puede ayudarte ser más organizado a lograr tus proyectos y tareas pendientes?
CREENCIA 61 – Ser demasiado productivo/a genera conflictos con tu entorno
Puede ser. Pero también puede ser que no.
¿Qué tipo de colaboradores forman parte de tu equipo? Si no soportan que seas una persona productiva, tienes un reto serio delante de ti. Seguramente el problema no tenga nada que ver con la productividad, sino con la forma de entender el trabajo y la vida en general.
Hay personas que automáticamente lo ven como una amenaza, porque esta nueva forma de trabajar atenta a su forma entender los equipos y no soportan que alguien sobresalga del resto.
Comunicación transparente siempre. Antes de implementar cambios a nivel de organización de equipos, es conveniente anunciarlo con anterioridad y explicar bien qué medidas se van a realizar.
Otra cosa es que un aumento de la productividad pueda generar desconcierto y confusión entre los distintos colaboradores. Como los miembros están acostumbrados a un determinado ritmo de trabajo, ‘sorprende’ ver que haya otra manera de trabajar que cambie los esquemas clásicos del equipo.
CREENCIA 62 – Necesito descansar más en vez de ser más productivo/a
Aunque ahora mismo no te lo creas, el descanso forma parte de la productividad.
En general descansamos mal. Trabajamos largas horas sin parar y después nos relajamos durante media hora cuando tenemos la ocasión de poder hacerlo.
La clave está en incorporar el descanso dentro del propio trabajo, como si se tratara de una tarea más (e imprescindible también).
CREENCIA 63 – Se me despierta la envidia cuando veo a una persona productiva
Lo que te corroe más no es su productividad, sino que esa persona es un espejo diáfano de lo que te gustaría conseguir. O, al menos, te ‘aviva’ ciertos traumas psicológicos que has vivido hasta la fecha.
Vale, quizá he sido bastante duro en el primer párrafo, pero lo cierto es que lo creo de verdad. Las heridas emocionales se reviven cuando vemos situaciones que en las que conectamos con una experiencia personal.
¿Qué es lo que más rabia te da de una persona productiva? ¡Esta pregunta da que pensar!
CREENCIA 64 – El estrés y la ansiedad son el gran problema
La sobrecarga, el control y las expectativas son las mayores fuentes de estrés y ansiedad.
Compro la idea de que la ansiedad y el estrés son 2 grandes problemas laborales (por eso lideran los rankings de bajas laborales). No obstante, creo que la pregunta que deberíamos hacernos es justamente la contraria:
¿De qué manera la productividad personal me podría ayudar a reducir mi estrés y ansiedad?
CREENCIA 65 – Para ser productivo/a hay que dormir menos
¡Craso error! El sueño es el acelerador más valioso de nuestra productividad personal.
Si llevamos tantos años como especie y seguimos requiriendo 7-8 horas de sueño es que… ¡sigue siendo igual de importante!
No dormir implica un lastre en tu productividad: tienes menos energía mental para concentrarte, tu motivación es más variable, tu nivel de atención se ve menguado, cometemos más errores…
En fin, un auténtico calvario productivo. Si hay una metodología de productividad que siempre funciona, esta se llama ‘dormir’. ¡Esta técnica no falla nunca!
CREENCIA 66 – Sólo las personas de mañana son realmente productivas
Antes que nada… ¿por qué crees que levantarte temprano va a ayudarte a ser más productivo?
Si la respuesta es: lo leí por ahí en un blog, y ‘todo el mundo’ me dice que es lo mejor que puedes hacer para mejorar tus resultados y lograr una vida fantástica… ¡no lo hagas!
Si por lo contrario estás convencido de que levantarte por la mañana puede impactar positivamente en tus objetivos… ¿por qué no probarlo?
CREENCIA 67 – Trabajando mi inteligencia emocional será suficiente
Desarrollar hábitos de inteligencia emocional es clave para tu desarrollo personal y para lograr relaciones saludables con tu entorno.
Ahora bien, la inteligencia emocional no aumenta tu productividad. Aunque comparte algunos puntos en común, lo cierto es que son disciplinas diferentes.
Gestionar tus propias emociones no influye directamente en la consecución de tus objetivos. Que te puede ayudar, claro, pero no con la misma solvencia que una metodología de productividad personal.
CREENCIA 68 – Yo ya soy muy productivo/a
Entonces ya lo dijiste todo. ¿Para qué vas a invertir ni un solo segundo en mejorar tu productividad personal? De hecho, ¿por qué estás leyendo este artículo?
CREENCIA 69 – Trabajando solo/a voy más rápido que en equipo
La productividad personal es muy diferente a la grupal. Tú puedes tener un sistema de listas de tareas muy completo, mientras que en tu equipo sólo estén usando una agenda de papel.
Lo más importante es marcar unas bases que te permitan tener los proyectos compartidos en un mismo espacio, sobre todo para evitar la dispersión de tareas en distintas herramientas colaborativas.
Otro elemento fundamental son las reglas de comunicación en equipo: tener un sistema de asuntos de correos compartido, saber para qué sirve cada herramienta de colaboración, conocer en qué espacios se hacen las consultas grupales…
Si tenemos estos 2 puntos cubiertos, podemos decir que tenemos las bases de un equipo productivo. ¿En qué fase está tu equipo ahora mismo?
CREENCIA 70 – Nadie lo hace tan bien como yo
¡Tú lo has dicho! Oye, escríbenos un mensaje y explícanoslo como lo haces, ¡de verdad! Aquí tienes nuestro correo: contact@emorganizer.com
CREENCIA 71 – Nadie entendería que ahora me volviera más productivo/a
El tema es que… ¡nadie lo tiene que entender más allá de ti!
La productividad es una habilidad personal, y cultivarla tiene que ver con tus objetivos e intereses. Si realmente no quieres introducirte en estos berenjenales, estoy de acuerdo contigo en que hay multitud de cosas más interesantes para poder hacer (pero quizá no tan productivas).
CREENCIA 72 – No tengo fuerza de voluntad para estas ‘cosas’
La fuerza de voluntad se entrena, como si de un músculo se tratara.
Si realmente quieres que la fuerza de voluntad te acompañe en tus objetivos, asegúrate de cumplir con los siguientes 3 requisitos:
Glucosa: consume glucosa (no azúcar refinado preferiblemente) de forma regular, aproximadamente cada 2-3 horas. Sin glucosa no hay productividad.
Autocontrol: invierte en gestionar tus pensamientos impulsivos y/o emocionales. Si a la mínima de cambio pierdes los nervios y te abrazas a la queja, tu fuerza de voluntad quedará resquebrajada rápidamente.
Autonomía: en medida de lo posible, procura tener objetivos individuales y la capacidad de decirlos. Aunque no sea al 100%, la autonomía es uno los motores más potentes de tu fuerza de voluntad.
¿Cuál de estos 3 requisitos crees que deberías trabajar más? ¡Te leo en comentarios!
CREENCIA 73 – Quiero tenerlo todo controlado
La productividad es una de las mejores formas de tener todos tus proyectos y tareas bajo control.
Ahora bien, controla la obsesión enfermiza. El control siempre es relativo, puesto que la gran mayoría de cosas se nos escapan de nuestra área de influencia.
Más que pensar en control absoluto, el beneficio más palpable de una metodología de productividad es la paz mental que te aporta. Quererlo controlar todo a toda costa puede llevarte a tener anotadas muchas más cosas de las que realmente puedes llegar a ejecutar.
¿Quieres un mayor control de tus proyectos y tareas? Apuesta por la productividad. ¿Quieres tenerlo absolutamente todo bajo control? Revisa tus creencias (en serio).
CREENCIA 74 – Siento que ya estoy haciendo todo lo que puedo
Y estás en todo tu derecho de sentirlo así.
Mejorar tu rendimiento no debe resultar un suplicio, tienes que disfrutar haciéndolo. En nuestros talleres de Neurociencia y Productividad Personal gamificamos todos los contenidos porque sabemos que pasarlo bien es garantía de efectividad.
Si realmente implementar un hábito de productividad te genera malestar, ¡no lo hagas! Prueba con otra técnica que te ayude a trabajar mejor sin perjudicar tu bienestar personal.
Si por circunstancias personales consideras que ahora no es un buen momento para implementar ninguna metodología de productividad, seguro que más adelante encontrarás un espacio ideal para hacerlo. ¡Todo lo bueno regresa!
CREENCIA 75 – La productividad mata el bienestar de las personas
La productividad mal entendida hunde el bienestar físico, psicológico y emocional de las personas. Totalmente cierto.
La productividad no implica trabajar las máximas horas sin descansar y sin ver a nadie de tu entorno más cercano. Más que productividad, en este caso estaríamos hablando de obsesión por tu trabajo.
Si no encuentras el equilibrio entre tus distintas áreas vitales, entonces te acercarás peligrosamente al abismo. Y eso no es productividad, te lo aseguro.
¿Qué te hizo pensar que la productividad podría perjudicar tu bienestar?
CREENCIA 76 – Sólo si lidero a un equipo vale la pena ser productivo/a
La productividad personal es para todo el mundo, ya que al final incluye tu ámbito personal y profesional.
Si tienes un equipo la cosa se complica, debido a que entonces necesitarías un sistema de organización más profundo que implique a más personas (bajo tu supervisión). Lo que más cambiaría en este caso es su complejidad, puesto que tendrás que supervisor distintos proyectos y tareas además de los tuyos propios.
Realmente no necesitas un equipo para desplegar una metodología de productividad. De hecho, siempre es mejor empezar cuando no tienes a nadie a tu cargo, ya que entonces estarás más preparado en el momento que tengas un equipo bajo tu responsabilidad.
CREENCIA 77 – Llegará un día concreto en que aplicaré todos los cambios
Ese no día no existe, ¡y lo sabes!
Los cambios pequeños y rápido, no esperes a tener una larga lista de técnicas por aplicar. Aplica velozmente la primera técnica de productividad que creas que puede encajar en tu sistema. Una vez compruebes sus beneficios, entonces ve a por la siguiente mejora.
Si esperas hasta el final para implementarlo todo de golpe, la pereza será mayúscula y siempre encontrarás una excusa para no hacerlo (ejemplo: tengo demasiado trabajo).
CREENCIA 78 – No encontré la meta necesaria para empezar con la Productividad
Olvídate de las metas al principio, enfócate mejor en microtareas para implementar la productividad personal.
Si alguien te mostró que es interesante separar las tareas de los eventos en tu agenda, pruébalo y experimenta los cambios. No necesitas ninguna meta concreta para activar tu mente y ser más productivo.
CREENCIA 79 – La Productividad sólo me genera frustración (porque no lo consigo)
La productividad personal es una metodología que te permite transformar tus expectativas en tareas concretas.
Eso sí, si tus aspiraciones son irreales y poco factibles, no importa el método de productividad que estés empleando para lograrlas.
La frustración es una consecuencia psicológica de no lograr lo que queremos. En vez de demonizar la productividad, rebaja las expectativas que tienes ahora y ponte objetivos más realistas.
¿Quién te dijo que estás obligado a conseguir todas las metas que te propongas?
CREENCIA 80 – Me falta leer más sobre Productividad, Efectividad y Gestión del Tiempo
No, para nada. No necesitas engullir más contenido sobre productividad personal.
Oye, de verdad, que está genial que acumules conocimiento sobre las mejores técnicas de productividad personal, pero esto no hará que seas una persona más productiva.
Tal como hemos repetido durante este artículo, lo más importante es la acción. No esperes a atesorar el conocimiento de las mejores metodologías de productividad, ¡ponte a practicarlas!
CREENCIA 81 – Cuanta mayor complejidad, mayor éxito
Si nos vamos a los extremos, hay 2 tipos de personas: las que son un caos absoluto (cero organización) y las que quieren tenerlo todo perfectamente planificado (alto nivel de organización).
Seguramente no estés en ninguno de estos 2 extremos, pero en general todos tenemos una inclinación personal con respecto a nuestro nivel de organización.
La idea es mejorar en base a lo que estamos haciendo ahora, no se trata de ser alguien que no somos de verdad.
Si ahora mismo eres un caos y quieres empezar a ser un poco más productivo, empieza con pequeñas técnicas para poder descubrir los beneficios de la productividad personal.
Si en tu caso ya eres una persona organizada y quieres ir un paso más allá, entonces sí que puedes optar por mirar una herramienta que te permita colaborar en equipo con otras personas.
No hay una metodología de productividad para todos, hay una metodología que funciona para ti.
¿Qué crees que te ayudaría a ser más productivo teniendo en cuenta tu situación actual?
CREENCIA 82 – Los otros departamentos boicotean mi trabajo
Nadie tiene como objetivo hacerte la vida imposible.
Las normas, la cultura, el tipo de liderazgo, la importancia de la productividad… son factores críticos que determinan la calidad de los resultados de los distintos departamentos.
Los departamentos no están diseñados para competir, todo lo contrario. Se supone que todos los departamentos están creados para remar hacia un objetivo común de la empresa.
Siempre habrá personas que el aspecto colectivo les importe más bien poco, pero eso no debería ser un freno para tu productividad. Tú siempre tienes margen para ser más productivo y organizar mejor tus proyectos y tareas.
Olvídate de las amenazas ajenas que sólo perturban tu paz mental, ser productivo es una cuestión de actitud y de determinación personal.
CREENCIA 83 – Trabajo muchas horas y la productividad es secundaria
Hazte la pregunta a la inversa, ¿por qué estás trabajando tantas horas?
Está claro que la productividad personal no es el remedio universal para acabar con las largas jornadas laborales, pero sí que es una solución muy efectiva para minimizarlas.
¿Trabajarías las mismas horas si decidieras invertir en productividad personal?
CREENCIA 84 – En mi sector no se puede ser productivo/a
Primero fue tu personalidad. Luego tu tipo de trabajo. Y ahora tu sector.
Esta acumulación de ‘neuroexcusas’ sólo son un freno para cualquier cambio productivo. Si ya te autodiagnosticas como un candidato que no va a cambiar nunca, lo más seguro es que tu predicción se cumpla.
Todos los sectores tienen margen para ser más productivos, por supuesto teniendo en cuenta sus respectivas limitaciones.
¿Qué te hace pensar que en tu sector mejorar la productividad está ‘prohibido’? ¿Qué lo hace tan diferentes al resto? ¡Te leo en comentarios!
CREENCIA 85 – Por mi trayectoria no merezco ser una persona productiva
Más que de productividad personal, aquí estamos hablando de autoestima.
Personalmente la productividad me ha permitido tener más tiempo para invertir en desarrollo personal, una faceta enriquecedora que me ha permitido equilibrar mis ansias de lograr resultados con una vida plena.
La productividad bien diseñada te permite tener espacios de reflexión y autocrítica que nos hace crecer a nivel personal y profesional.
¿En qué parte está escrito que no te merezcas ser productivo?
CREENCIA 86 – Sólo puedo ser productivo/a cuando no hay nada urgente
Las urgencias son una señal inequívoca de una mala productividad personal.
Si supeditas tu lista de tareas diaria a las urgencias, estás desparramando todas las posibilidades de convertirte en una persona productiva.
La mayoría de las urgencias se justifican debido a una mala planificación (claro que hay excepciones), por lo que la productividad puede paliar sus efectos con una gran notoriedad.
CREENCIA 87 – Necesito confianza en mí mismo/a para ser productivo/a
Estoy de acuerdo, aunque la confianza se tiene que trabajar.
Ser una persona con autoconfianza no se genera como por arte de magia, requiere trabajo y dedicación.
La productividad personal te permite reservar espacios para practicar tu confianza y aumentar tu conocimiento sobre la temática.
¿Qué acciones tendrías que hacer para ser una persona con mayor confianza en ti mismo?
CREENCIA 88 – En mi desorden yo ya me entiendo
Si estás tan convencido de que el desorden te funciona, entonces genial.
¿Quién soy para negártelo?
CREENCIA 89 – Mi jefe no me permite aumentar mi efectividad
Tu jefe no boicotea nada, simplemente tiene miedo (o ignorancia).
Nadie debe darte permiso para ser una persona productiva, es una decisión personal.
Otra cosa es que te encuentres facilidades y/o obstáculos para mejorar tu productividad, pero eso te lo encontrarás en muchos contextos diferentes.
Si finalmente consideras que tu forma de trabajar no encaja en el equipo que perteneces, entonces ahí seguramente tendrás que tomar una decisión más drástica. Ya sabes por donde voy, ¿verdad?
CREENCIA 90 – Quiero encontrar un método que funcione para todo el equipo
La productividad personal es una habilidad personal, no colectiva.
Cierto que puedes establecer criterios comunes, reglas, patrones y todo lo que quieras, pero al final cada personal tenderá a organizarse a su manera a nivel personal.
Se pueden acordar unos códigos para que el equipo tenga una forma de funcionar concreta, aunque no tendríamos que obsesionarlos con ello. La diversidad en productividad también enriquece y aporta perspectivas distintas.
CREENCIA 91 – Me desespera la improductividad de otras personas
Una cosa es tu productividad personal, y otra muy distinta es la percepción que tengas de la productividad de otras personas.
Si nos centramos en los errores, duplicidades, urgencias de otras personas, nuestros niveles de frustración ascenderán a cotas nunca vistas.
Si en cambio nos ponemos las gafas de las soluciones y empezamos a ver por qué aparecen todos estos obstáculos, encontrarás la mejor manera para hacer frente a estos déficits de productividad.
Si puedes elegir, no te lo pienses más: elige transformar la queja en productividad (megaguía).
CREENCIA 92 – Me gustaría saber cómo desarrollar una mentalidad productiva
Desarrollar una mentalidad productiva implica trabajar la productividad.
¿De dónde sacarás el tiempo para construir las creencias de una persona productiva?
Exacto, deberás organizarte para encontrar un espacio de autoconocimiento y reflexión.
CREENCIA 93 – La Productividad Personal es fría y demasiado técnica
La productividad es una metodología, exenta de fría o de calor.
La temperatura y la calidez se la pones tú, aquí ya depende de qué enfoque le quieras dar.
Hay personas que implementan la productividad en forma de juego y utilizando colores vivos para organizarse, mientras que otras personas usan técnicas más serias y sin tanta pomposidad visual.
Tú edulcoras la productividad como quieras… ¿qué podrías aplicar a tu metodología de productividad para hacerla más atractiva?
CREENCIA 94 – Mi estilo de vida no es compatible con la Productividad
¿Por qué crees que la productividad personal está reñida con tu estilo de vida?
El estilo de vida son un conjunto de ideales y expectativas que no siempre se cumplen, y la productividad puede convertirse en un gran aliado para lograr que estos hábitos se conviertan en una realidad.
Te invito a que regreses a la creencia número 2 y responde a todas las preguntas.
Una pregunta más para finalizar este punto:
¿Qué hábitos tendrías que desarrollar para tener el estilo de vida que deseas? ¡Aquí la productividad personal tiene mucho que decir!
CREENCIA 95 – Los que somos de papel no tenemos nada que hacer con la Productividad
Para nada, faltaría más. La productividad no entiende de tecnología, simplemente se apoya en ella para hacerla más ágil y colaborativa.
Puedes seguir usando tu libreta de papel, claro que sí. Otra cosa distinta es cuando colaboras con equipos a distancia, entonces sí te recomendaría que tuvieras una herramienta digital para gestionar todos los proyectos y tareas compartidos.
CREENCIA 96 – Ser productivo/a implica convertirse en un workaholic
¿De dónde sacaste esta afirmación?
Incluso me atrevería que puede ser todo lo contrario, ya que la productividad te ayuda a ganar eficiencia y tener más tiempo para ti.
Hay una idea recurrente que consiste en catalogar la productividad como una herramienta diabólica, que te quiere arrastrar hasta el camino de la amargura (laboralmente hablando).
Puedes ser un workaholic tremendamente improductivo (de hecho, los hay), existen muchos otros elementos para tener en cuenta: personalidad, creencias personales, autoestima, autoconfianza, validación social, expectativas…
CREENCIA 97 – Quiero encontrar el equilibrio perfecto en mi vida
Seré claro y directo: el equilibrio ya lo tienes (hoy).
Otra cosa es lo que te han vendido por ahí: dedícale el tiempo exacto que necesitas a cada área de tu vida (trabajo, familia, amigos…). El equilibrio es algo muy personal e intransferible, nadie puede ‘asignarte’ cuál es el equilibrio perfecto en tu vida.
Además, este equilibrio está en constante movimiento. Lo que ahora es importante para ti, puede no serlo más adelante. Y al revés.
¿Qué entiendes por equilibrio perfecto en tu caso? ¡Te leo en comentarios!
CREENCIA 98 – El tiempo vuela (poco se puede hacer)
La percepción del tiempo es totalmente psicológica.
La productividad te ayuda a conocer mejor en qué inviertes tu tiempo y cómo podrías optimizarlo. Eso no incluye tus creencias sobre el tiempo y sobre cómo percibes el paso del tiempo.
Ya que el tiempo vuela… ¿por qué no conseguir que vuele un poco menos gracias a implementar una metodología de productividad personal?
CREENCIA 99 – Si tuviera la misma constancia que cuando era joven
La edad no es un factor decisivo para mejorar tu productividad personal.
El nivel de constancia es superior cuando tienes más edad, siempre que sea un hábito que has trabajado a lo largo de tu vida.
Si eres capaz de flexibilizar tus creencias y darle una oportunidad a tu cerebro de aprender nuevos hábitos, adoptarás la productividad de forma natural.
La constancia es un hábito que se puede aprender, y es mucho más fácil desarrollarlo cuando tienes las ideas claras y una hoja de ruta para lograrlo.
CREENCIA 100 – Detesto la Productividad Personal
Esta creencia no tiene nada que ver con la productividad personal.
Ahora responde en silencio a las siguientes preguntas:
¿En qué momento decidiste ‘detestar’ la productividad personal?
Cuando escuchas la palabra productividad, ¿qué te viene a la cabeza?
¿Crees que tu animadversión contra la productividad es solucionable? ¿Por qué sí/no?
¿Qué elementos positivos te gustan de una persona productiva?
¿Qué necesitarías para hacer las paces con la productividad personal?
¡Ahora es tu turno! ¿Qué creencia crees que te cuesta más cambiar? ¿Qué creencias cambiaste con mayor facilidad? ¿Qué creencia añadirías a esta lista? ¿Cuál es la creencia más común que ves en tu entorno? Déjame tus impresiones en el apartado de comentarios : ) ¡1000 gracias!
¡Un abrazo!